Ciudadanos echa la trapa en León

'Entre todos lo mataron y él solito se murió'. Podría ser el epitafio de un partido que surgió para acabar con la vieja política y acabó arrasado por aquel enemigo al que un día miró de tú a tú.

Lejos queda aquel 2015 en el que irrumpieron en San Marcelo con el viento de cola desde Cataluña y apoyados por los nuevos aires que se comprometían a «fiscalizar» las malas artes del bipartidismo. También parecen de otra época las lágrimas de Justo Fernández tras lograr más de 50.000 votos y un escaño en el Congreso de los Diputados.

Ciudadanos lo tuvo todo y ahora no tiene nada. Por no tener no tendrá ni sede en la provincia. La formación ha claudicado ante los últimos resultados electorales que han reducido a la insignificancia su representación en la provincia y que ha barrido su espacio en la capital.

«Es triste», confiesa Gemma Villarroel, que en ocho año ha demostrado ser una política de garra, con sus defectos y sus virtudes, pero un innegable esfuerzo por combatir en cualquier plenario. La cara más visible de Ciudadanos en León entiende que es momento de «darnos un tiempo» para «rearmarse» y regresar a un espacio político «que existe».

Los naranjas, que un día, de la mano de Albert Rivera, estuvieron a las puertas de La Moncloa y que en León se quedaron a un recuento de votos de entrar en el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León, dicen ahora adiós a su sede, en la calle Conde Guillén, que adquirieron en plena ola electoral.

Ciudadanos pasará a tener una estructura «más pequeña, como empezamos en 2015. Además, su sede, que tenían en concepto de alquiler, está siendo vaciada estos días. Mucho mobiliario se venderá y otros productos se recogerán para custodia del partido y darles un uso en el futuro. «Nuestra forma de pensar no requiere de este tipo de sedes. Preferimos un espacio coworking o un lugar donde reunirnos», apuntan.

Su líder en León, y también en Castilla y León, Gemma Villarroel, se mantendrá al frente del último reducto de CS en la provincia. Junto a ello sostendrán las ascuas un grupo reducido de personas que tampoco recibirán remuneración y seguirán al frente del naufragio a la espera de que el temporal escampe.

«Me pongo a disposición del partido. En la derrota es cuando hay que ser más valiente», sostiene. La joven política agradece a todo el equipo estos años de trabajo en León y confía en que a partir de septiembre se tomen nuevas decisiones sobre el futuro de la formación.

Eso sí, Villarroel no desespera y confía en el resurgir de su partido. «Esto no es una muerte. Esto va a seguir, pero no ahora». Y en que, entiende, en el contexto político actual, Ciudadanos no tiene cabida: «En esta situación no somos votables. Estamos en un con Sánchez o contra Sánchez».

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