¡Cendón rima con dimisión!

Y lo hace así, creado en contra del nombre más popular de todos los cargos públicos del PSOE leonés de hoy una lista electoral alternativa, e intentando que los comicios a la agrupación del PSOE de la ciudad de León sean para su compañero de partido y caballo ganador y de hecho Alcalde aún coronado un disparo contra su línea de flotación…

¡Asombroso!

«La dinamita se enciende con fuego amigo», escribió Max Aub en una de sus novelas sobre nuestra guerra civil, y es como si lo hubiera escrito ayer mismo por la noche.

Sí, ojo al parche que es de goma dos: Javier Cendón en verdad ha presentado una lista alternativa contra su propio candidato ganador como quien en un tabernón catastrófico del Barrio Húmedo rebuzna a vino en grito «prefiero que no gane mi partido si no gano yo y después de mí el diluvio viva Atila qué hiciste abusadora qué hiciste abusadora»…

A los de enfrente se les ve venir así que ojo con los nuestros, decía en este sentido el añorado humorista antibelicista Miguel Gila.

¡Y el caso es que, a pesar de contar en la batalla fratricida con el beneplácito de Ferraz, del Zapaterismo y del Sanchismo Javier Cendón, engañado de sus fuerzas por culpa de sus palmeros, ha perdido contra quien solo tenía a su favor su gestión y la justicia poética. Él. José Antonio Díez: un tipo con nariz de pájaro carpintero y cuerpo de gladiador, que parece haberse quedado prematuramente calvo para llamar la atención, pero que sabe como pocos que la política no sólo consiste en gestión y gesto sino también y sobre todo en dotar de coherencia, pasión, dignidad y disciplina a la ideología.

Las derrotas saben a ajenjo, escribió Paul Valery.

Javier Cendón, moreno de verde luna con rostro de acuñación romana, chuletón de Omaña poco hecho, mal imitador del joven Zapatero, demasiados números para tan pocas letras, un tipo al que por su inoportuno órdago sinsentido se le nota que le aprietan los zapatos del ego, acaba de comprobar en esta batalla que no eran gigantes sino molinos de viento, esto es, acaba de perder de forma contundente el innecesario plebiscito sobre su entidad política que él mismo ha convocado.

El resultado no es solo que él haya perdido mediante candidata interpuesta la votación sobre si es o no es él apto para la política: el resultado es que él, el Secretario Provincial del PSOE, le ha pegado para nada un tiro en el pie al PSOE de León que comanda certificando así a ojos de todo el mundo que se trata de un político que tiene más peligro que un ciego con dos pistolas.

En democracia la legitimidad la dan los votos, y su propio partido ha votado en su contra y a favor de tener en la ciudad un PSOE leonés escorado ideológicamente hacia el leonesismo, y ha votado que sí avala la gestión de su candidato y alcalde José Antonio Díez en su resistencia nunmantina contra los que representando a León pero con los ojos puestos en Madrid no nos dejan de decir que miremos su dedo mientras nos señalan a la luna.

Vaya noche electoral la de León.

Lo de José Antonio Díez ha sido como lo de la irreductible aldea gala de Asterix y Obelix.

Lo de Javier Cendón ha sido como un parto por el culo.

Cendón rima con dimisión.