Las celebraciones religiosas se permiten en fase cero y León prepara sus templos con todas las medidas

«Hemos recibido la noticia con mucha alegría, ya teníamos ganas porque la gente está pidiendo y preguntando cuando se hable la Iglesia», respondía el párroco que utilizará este lunes para dar aviso a los feligreses y el martes comenzarán las eucaristías.

Unas celebraciones que en este templo se iniciarán con algún pequeño cambio. «Teníamos dos eucaristías una a las 10:00 horas y otra a las 19:00», recuerda Don Juan Manuel, ahora mantendrán las mismas horas entre semana, pero «las vamos a tener aquí en la Iglesia grande, a diario las solemos tener en la capilla, pero ahora en vista del espacio las vamos a hacer aquí».

La Iglesia cuenta con dos puertas de entrada y dos de salida perfectamente señalizadas, pegatinas en los bancos y gel desinfectante a la entrada. Medidas que imponen desde el ministerio de Sanidad y que en la parroquia se han tomado muy en serio estas semanas. «Hemos pasado una semana limpiando a fondo y con productos homologados hemos desinfectado los bancos», asegura el párroco que nos muestra los cambios en compañía de Santiago Villares, sacristán de la parroquia.

«Una limpieza a fondo, para que esté preparada para la apertura», relatan. La iglesia dispone de un amplio espacio, lo que facilita el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social, aunque ahora se verá reducido.

En la parroquia de San Isidro Labrador de León se han inutilizado la mitad de los bancos y en cada uno de ellos se respetarán las distancias de seguridad y distanciamiento social.

Unas pegatinas en los respaldos indicarán a los feligreses cuáles son los sitios que pueden ocupar. «Según la ley tenemos que tener un tercio y para eso hemos preparado los bancos con el fin de que ese tercio se cumpla», explica Don Juan Manuel Viejo, quien recuerda que antes el aforo superaba las 600 personas y ahora apenas llegará a los 200 feligreses.

Las confesiones se harán en la capilla interior o en el despacho del párroco, pero sin utilizar los confesionarios que pueden ser foco de contagio y donde no se respeta la distancia social. La comunión exige una desinfección de manos previa del párroco y ayuda de un sacristán en caso de ser mayor de 65 años, la sagrada forma se depositará en las manos de los feligreses sin ningún tipo de contacto. Y del acto de la celebración se suspende la paz, por razones evidentes.

Diferentes medidas de las que han sido avisados por la Diócesis de León y que llevarán a cabo por la salud de todos los que acudan a la iglesia, a los cuáles también piden prudencia. «Primero mucha prudencia y atenerse a las normas y al reglamento que se nos marca por parte de sanidad», explica el párroco, quien remarca que «ahí si que tenemos que tener todos presentes las observaciones que nos hacen para evitar posibles contagios».

Las Iglesias que permanecían en fase 0 sin poder abrir sus puertas reciben con alegría la noticia de las medidas de alivio y esperan que esto sirva para calmar la situación entre sus feligreses.