Personas caminan por la ciudad en este miércoles.

Castilla y León insiste en la «prudencia» aunque reconoce que hay provincias en Fase 1 con peores datos

La consejera recuerda que en la comunidad se están llevando criterios epidemiológicos y tira de refranero: «Vísteme despacio que tengo prisa, si desescalamos de forma abrupta igual tenemos que volver a la salida»

Miércoles, 13 de mayo 2020, 13:32

Castilla y León es consciente de que hay provincias en la Fase 1 de la desescalada que tienen peores datos epidemiológicos que la comunidad. La consejera de Sanidad ha recordado que ellos no cambiarán el paso y seguirán optando por la prudencia y la cautela ... en una crisis con criterios sanitarios.

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Verónica Casado ha tirado de refranero para tratar de explicar a la población porque no van a tener prisa a la hora de abandonar la Fase 0: «Vísteme despacio que tengo prisa, si desescalamos de forma abrupta igual tenemos que volver a la salida».

En este sentido, la encargada de Sanidad ha descartado que algún gran municipio acceda a la Fase 1 este próximo lunes. Solo se abrirán zonas con muy bajas posibilidades de contagio comunitario y que todos sus casos puedan estar controlados.

De momento, la capital leonesa mantiene unos niveles de contagio por encima del 'ratio 1' -número de contagios que puede realizar cada persona- y se sitúa en el 1,14%. Y todo a pesar de que la situación epidemiológica de la comunidad va mejorando.

Criterios para avanzar de fase

Los criterios de la Junta de Castilla y León para avanzar en la desescalada serán más contundentes que los propuestos por el Gobierno de España, quien sitúa en la tasa de menos de tres personas infectadas por cada 10.000 habitantes el baremo para entrar en el siguiente nivel del desconfinamiento. «Nos parece prudente esa cifra para datos de los últimos 14 días, no como en otras provincias donde ha habido entre 3 y 4 casos. Ahora pedimos 1 o menos de uno para la zona a desescalar en los últimos siete días».

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Otros de los requisitos que plantea Sanidad, y que muchos dependen de su propia gestión, son: que por haya un profesional por cada 5.000 habitantes rastreadores para la vigilancia de casos; protocolos de realización y formación sobre la actuación en el registro de casos y rastreo y de manejo de residencias de personas mayores; suficientes equipos de protección individual y camas suficientes en UCIs determinadas por el Ministerio de Sanidad.

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