Venganza en León: diez años del crimen de Isabel Carrasco
'La Carrasco', una política indomable que hizo bandera de la broncaVenganza en León: diez años del crimen de Isabel Carrasco
'La Carrasco', una política indomable que hizo bandera de la broncaSobre el paso de Isabel Carrasco por la política autonómica hay gente, bastante, que diez años después de su asesinato declina hablar. Eso dice mucho del papel que jugó en la política de Castilla y León y de cómo se la recuerda. Las personas que ... optan por callar dan dos razones. Unos argumentan que los pormenores que rodearon su muerte no les animan a hacer declaraciones sobre ella y otros suman a lo anterior que difícilmente encontrarían algo positivo que decir de una dirigente que fue consejera de la Junta, presidenta de una diputación, procuradora autonómica y senadora, además consejera de la mayor caja de ahorros de Castilla y León y presidenta del PP de León.
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De la que fuera responsable regional de Economía y Hacienda entre 1995 y 2003, cuadrando las cuentas del último Gobierno de Juan José Lucas y el primero de Juan Vicente Herrera, destacan los dirigentes que convivieron con ella y que sí aceptan la invitación a conversar sobre la política leonesa su sólida formación en el ámbito tributario (era inspectora de Finanzas del Estado) y una capacidad de trabajo personal que trasladaba como exigencia a sus subordinados. También, y sobre todo, su carácter, que definen con adjetivos que van de peculiar a fuerte, correoso, duro, difícil, confrontador o autoritario.
«Isabel era una mujer inteligente, pero con un carácter firme, controvertida, muy franca, decía lo que pensaba y eso le traía muchos choques con quien fuera y donde fuera», destaca José Manuel Fernández Santiago, exconsejero y exvicepresidente de la Junta y expresidente de las Cortes, sobre Carrasco. «Cuando se elaboraba el Presupuesto (de Castilla y León) Isabel era la que mandaba por encima de todo, ni vicepresidente ni nada, tenía máxima autoridad y ejercía, siempre sabía lo que se traía entre manos», afirma Fernández Santiago.
Esa fue una etapa marcada por la negociación de la llegada a la comunidad de competencias muy sensibles, de presupuesto considerable y plantillas de personal amplias, como la Educación, la Sanidad y el Inem. Carrasco capitaneó esas negociaciones y también una reforma del modelo de financiación autonómica sentándose frente a ministros de su partido como Cristóbal Montoro, Celia Villalobos o el soriano Jesús Posada.
Silvia Clemente
Expresidenta de las Cortes y compañera de Carrasco en la Junta
En la foto oficial de Lucas posando con los consejeros que nombró tras las elecciones de 1999 sonríen en la escalinata del Colegio de la Asunción nueve personas: ocho hombres y una única mujer, que es Isabel Carrasco. La leonesa contaba que cuando llegó a la consejería, cuatro años antes, se había topado con un baño con urinario masculino cuando entró al aseo en el despacho. Abría camino en el mundo masculinizado de las altas esferas del gobierno y de los partidos políticos. Y se hacía notar. Fue una maestra en usar los modos rudos y una imagen que no encajaba en la que se esperaba de una responsable pública para desconcertar a su interlocutor en la mesa o en la tribuna política. Capaz de presentarse en un pleno de las Cortes con taconazo, minifalda, estampados felinos y la palabra 'SEX' arropando su cuello en una maxi gargantilla. Pisando fuerte y el terreno que fuera.
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Isabel Carrasco hizo la transición entre Lucas y Herrera. En los dos años de aquel Gobierno con el que el burgalés aterrizó provisionalmente en la Junta entre 2001 y 2003, coincidió con Silvia Clemente, una de las dos caras nuevas, junto a Alfonso Fernández Mañueco, que el burgalés incorporó a su Gabinete. «Era la única mujer que había en el Gobierno cuando yo entro, una mujer que no pasaba desapercibida, que tenía un carácter fuerte y lo acreditaba en su forma de hablar. Ella era muy contundente, una mujer con mucha personalidad. Había muchas cosas que siendo mujer no eran igual, había que armarse de argumentos», describe Silvia Clemente, que estrechó relación con Carrasco en etapas posteriores.
La leonesa apostó desde la Diputación por la marca Tierra de Sabor que Clemente impulsó desde la Consejería de Agricultura y Ganadería. «Dentro de la pose política que UPL utilizaba estaba ir contra Tierra de Sabor, ella firmó un acuerdo y dio muy buen resultado. Demostró ser valiente y pensar en lo que podía dar beneficios para la provincia de León y creo que eso también era un hecho diferencial en ella», esgrime la expresidenta de las Cortes.
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-¿Era Isabel Carrasco una dirigente que se había ganado enemigos?
-(Silvia Clemente sopesa la respuesta) Probablemente sí. Ella era muy visceral, en ese carácter tan fuerte que tenía ponía siempre las vísceras encima de la mesa y eso generaba reacción y promovía un contexto negativo hacia ella. Probablemente se concatenaron muchas circunstancias, porque yo he conocido a personas que también eran muy viscerales, muy bruscas, muy agresivas en política y generaban mucho rechazo, pero no se concatenaron el resto de circunstancias que desencadenaron el asesinato de Isabel Carrasco… Es muy triste, al final Isabel tenía una hija, una familia y no puede suceder algo como esto, que haya personas que se tomen la venganza que buscan asesinando a alguien».
José Manuel Fernández Santiago
Expresidente de las Cortes y compañero de Carrasco en la Junta
Fernández Santiago rememora el día que fue tiroteada, una jornada en la que los populares preparaban un mitin de Mariano Rajoy y que dio paso a una capilla ardiente. «En su funeral su hija Loreto se echó a mis brazos y me puso de manifiesto que su madre tenía enemigos, pero que yo no era uno de ellos. Hablamos un ratito y yo le dije la verdad, que es que si algo me despertaba mayor ternura de Isabel Carrasco, que es difícil asociar esas dos palabras, era cuando hablaba de su hija», repasa el expresidente de las Cortes.
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Zenón Jiménez Ridruejo fue uno de los procuradores del PSOE que llevó en la etapa Carrasco el control a la Junta en asuntos de economía. «Critiqué muy duramente la negociación de la transferencia sanitaria, porque entendía que se transfería a la comunidad con déficit cosa que está a la vista que ocurrió», recuerda el exparlamentario que compartió trabajo con la leonesa como integrante de la Comisión Mixta de Transferencias. Castilla y León cerró el traspaso del antiguo Insalud al que sustituyó el actual Sacyl en 1.985 millones de euros de los de 2001. La factura sanitaria autonómica es hoy de 4.879,8 millones de euros.
«La Educación se negoció bien», matiza el que fuera docente de la Universidad de Valladolid. De su paso por la Comisión Mixta de Transferencias recuerda Zenón Jiménez Ridruejo un episodio de tensión con la consejera de Economía. Primero y último, subraya. Relata que ella le chilló y él le advirtió que no iba a tolerar esas formas y que si se repetía pediría amparo al presidente de las Cortes. «No volvió a ocurrir nada similar», remarca. «Todo el mundo pensaba que tenía un carácter imposible y yo descubrí que no», añade Zenón Jiménez Ridruejo, que coincidió durante años con la dirigente leonesa también en el Consejo de Administración de Caja España. Carrasco cerraba allí el debate de muchos asuntos con el latiguillo de «yo pienso como piensa Zenón».
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Jesús Quijano
Catedrático emérito y exsecretario autonómico del PSOE
Alejandro Menéndez
Catedrático emérito y compañero de Carrasco en el consejo de Caja España
Desde la bancada de la oposición la recuerda también el socialista Jesús Quijano, que fue su examinador de Derecho Mercantil. El hoy catedrático emérito de esa asignatura en la Universidad de Valladolid capitaneaba el PSOE autonómico en la etapa de Carrasco como consejera. «Pude apreciar el carácter que tenía Isabel. Desenfadada, a veces un poco altiva, dura en la respuesta política…», subraya Quijano. De los momentos que siguieron a su asesinato, Quijano recuerda que hubo quien lo quiso achacar al principio a una motivación política, casi como si fuera un acto de terrorismo. «No hubo tal, fue una locura personal, un episodio bien lamentable, nunca justificado», remarca Quijano.
Carrasco también fue alumna del catedrático emérito de Derecho Financiero y Tributario en la UVA, Alejandro Menéndez, con quien coincidió luego en el órgano de gobierno de Caja España. «Isabel era una persona resolutiva, muy tenaz en el mantenimiento de sus posiciones, con un carácter fuerte. Coincidíamos en bastantes cosas y, cuando discrepábamos, ella se quedaba con su opinión y yo con la mía», recuerda.
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Fueron años convulsos en las cajas, en los que empezó el declive de las instituciones bancarias. «La crónica de una muerte anunciada, que algunos intentamos desde el Consejo de Administración frenar… Tenía que haberse iniciado el proceso de fusión mucho antes, porque había un sector bancario muy extenso y un negocio en alza que era el de la construcción y que lógicamente iba a tener un fin. Nadie puso las bridas», defiende Menéndez, mirando al Banco de España.
Fue una etapa en la que desde el Gobierno de Juan Vicente Herrera se intentó, con acuerdo del PSOE, promover una fusión de las cinco cajas de ahorro 'laicas' de la comunidad. Caja España, Caja Duero, Caja Burgos, Caja Segovia y Caja Ávila. Estaba también Caja Círculo, pero su gestión tenía connotaciones diferenciales por el peso de la Iglesia. Aquel proyecto de una gran caja autonómica topó con la oposición de sectores locales, azuzados principalmente por dirigentes políticos, en su mayoría barones provinciales del PP.
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El sueño de la macrocaja de Castilla y León mutó en una fusión de mínimos de Caja España y Caja Duero, que absorbió luego la malagueña Unicaja. Las cajas 'díscolas' han acabado todas bajo la marca de La Caixa, haciendo parada en Caja Madrid.
Al fuego de las tensiones por la fusión autonómica se sumaron, con la crisis, las movilizaciones de clientes que perdieron sus ahorros con productos financieros como las preferentes o las subordinadas. Un frente que también tenía abierto la leonesa, cara visible de la caja de ahorros. Ese era el contexto financiero y económico cuando el 12 de mayo asesinan a Isabel Carrasco.
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«Un acontecimiento muy tremendo, que parece más bien del Chicago de los años del alcohol y no de una ciudad tranquila como León», define Alejandro Menéndez, que destaca de Isabel Carrasco el temperamento fuerte y su tenacidad. «El carácter tiene esos dos ámbitos, por una parte es un poco brusca y por otra es insistente para lograr objetivos», puntualiza.
La trayectoria en la política autonómica de Isabel Carrasco siempre pasa por León. O sale de León. O llega a León. Allí empezó como delegada de la Junta, antes de ser consejera. Y la fuerza que logró en el territorio hizo que se la llegara a conocer a nivel nacional como la mujer de los doce sueldos, entre nóminas y cargos retribuidos, que dan muestra del poder omnímodo que tuvo en su provincia. Fue a la vez presidenta del PP de León, concejala de la capital, presidenta de la Diputación, presidenta del Consorcio del Aeropuerto, del Instituto Leonés de Cultura, del Consorcio Provincial de Turismo, del Consorcio de Gestión de Residuos, consejera de la tasadora Tinsa, de Caja España, de Viproelco, Inmocaja y vicepresidenta de Invergestión. Los cargos son poder e Isabel dominaba ese terreno.
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