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Imagen de archivo de la procesionaria.
El cambio climático adelanta la llegada de la procesionaria a León

El cambio climático adelanta la llegada de la procesionaria a León

Varias calles de la capital se han cubierto con los restos de estas larvas, que no llegan a cumplir su ciclo de enterramiento debido a la bajada de temperaturas de los últimos días

Martes, 12 de marzo 2024, 08:13

Los nidos blancos, de la oruga procesionaria del pino, amenazan en varias zonas de la capital leonesa. Casos que son «muy complicados» en el momento que las mascotas se ponen en contacto con ellas.

Este insecto que suele descender de los pinos con el aumento ... de las temperaturas se ha visto afectado por unas temperaturas «atípicas» a las que la provincia se ha expuesto durante este invierno. Larvas alargadas y peludas se apiñan durante el invierno en los árboles para generar nidos blancos que este año han sorprendido en varias calles y parques de la capital. Son varios los avisos que se han publicado en redes sociales para alertar a los dueños de mascotas de la importancia de evitar pasear a sus animales por zonas en las que se encuentren estos insectos.

Las bajas temperaturas durante los meses de invierno, no solo en la capital sino en toda la provincia, han generado que la procesionaria cumpla su «periodo de alimentación» y descienda de los pinos para buscar un lugar donde enterrarse en muchas de las calles habituales por donde perros y dueños transitan. Según asegura el Presidente del Colegio de Veterinarios de León, Luciano Díez, este año se ha adelantado casi un mes. «Normalmente hasta finales de marzo o abril no suelen aparecer». Algo que no ha sorprendido ya que las temperaturas suaves y la escasez de heladas en comparación a otras temporadas han «jugado a su favor». Pero el temporal de los últimos días ha sorprendido a estos pequeños insectos que no consiguen completar su ciclo ya que «las temperaturas han descendido notablemente en los últimos días».

Un peligro en forma de ocio

La procesionaria es «muy atractiva», por la forma en la que forman sus nidos, porque los perros intentan jugar con ellos, explica Sonia del Pozo, veterinaria en la Clínica Avril. A pesar de que es en meses posteriores en los que esta larva suele aparecer, desde hace semanas se han podido observar masivamente en zonas de pinos muy transitadas por los leoneses. Las hileras de estas «llamativas» orugas se trasladan bajando de los pinos en busca de un lugar donde enterrarse y comenzar el proceso de metamorfosis. Algo que, finalmente, muchas no llegan a realizar debido al frío de las últimas heladas. Los perros buscan «entretenimiento» y comienzan a «jugar» con ellas. Un problema que a las pocas horas genera «síntomas de gravedad.»

«El problema lo tenemos sobre todo cuando el animal ingiere al insecto», explica del Pozo. Una situación que le hace recordar casos en el año anterior donde el 50% de los animales no pudieron sobrevivir. El contacto cutáneo genera una «especie de reacción alérgica» que también resulta de importancia pero que «nada tiene que ver con ingerirlo».

Los casos que esta veterinaria leonesa trató la pasada temporada fueron «muy graves», casos como la amputación de un 50% de la lengua donde los animales tuvieron que aprender a comer y beber de nuevo. La complicación no solo afecta a problemas digestivos, sino también a problemas respiratorios y cutáneos donde el animal comienza a presentar erupciones en la piel difíciles de localizar por el pelo que portan en sus cuerpos.

Zonas de complicación

Evitar las zonas de pinos y observar a los perros mientras realizan el paseo es algo muy importante en esta temporada. La principal recomendación que esta profesional destaca es «lavar al perro bien la boca con agua», algo que no evita el problema ya que lo «más necesario» es acudir al veterinario de forma urgente.

Además, la utilización de corticoides es «muy recomendable» ya que es el principal paso para tratar al animal. Son varios los casos que se mantienen bajo pronóstico reservado por su «grave» estado de salud. A pesar de no ser situaciones muy frecuentes, del Pozo destaca cuatro casos del pasado año donde lo pasó «realmente mal». «Recuerdo una chiguagua que no duró ni cuatro horas por un síndrome inflamatorio sistémico», explica. Un estado de shock frecuente para muchos de los perros con los que «no pueden garantizar que el animal sobreviva».

El edema de glotis es también muy habitual en estos casos, algo que termina obstruyendo las vías respiratorias hasta poder llegar a la necesidad de una traqueotomía para salvar la vida del perro. «Son pocos los dueños que se atreverían a hacerle eso a su mascota», asegura.

Síntomas más comunes

Vómitos, picores o salivaciones son algunos de los indicios de la ingesta de la oruga procesionaria. Algo que la veterinaria indica «aunque vomite, no soluciona nada» debido a que el animal ya ha generado la irritación y por lo tanto puede sufrir el resto de daño. Una hora o menos es el tiempo que la profesional avisa que tardan en llegar las «complicaciones», aunque cada caso «hay que estudiarlo».

El tratamiento, que comienza con la aplicación de corticoides para poder bajar la inflamación producida por las larvas, continua dependiendo la evolución del animal, ya que esto desarrolla una mezcla entre urticarias e irritación. «Se trata de una reacción anafiláctica», indica.

Parques, paseos con pinos y zonas de chalets son lugares en los que «se debería estar muy pendiente del animal». «Hemos tenido casos en los que las procesionarias se han colado por las ventanas», asegura.

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