Así han cambiado los municipios de León desde el año 2000: sólo 20 han ganado población
Casi 200 ayuntamientos de la provincia leonesa han visto dismunido su censo en lo que va de siglo, con una especial afección en la ciudad de León y en las cuencas mineras
Si un mal tiene León, conocido por todos sus habitantes – y parte de los que no viven en la provincia – es la despoblación. La sangría demográfica en León es notoria, sangrante – valga la redundancia – y sigue siendo, año a año, un elemento de preocupación entre sus gentes.
Echando una vista atrás, para observar cómo ha evolucionado esta estadística, se puede atisbar con mayor claridad esa tendencia poblacional. Si en el año 2000 la provincia contaba aún con más de medio millón de habitantes (502.155), en 2024 ya está por debajo de los 450.000 (446.445). Es decir, León tiene 55.710 'paisanos' menos, lo que supone una caída demográfica de más del 11%.
Sólo 20 ganan población
Pero no ha afectado a todos los municipios por igual, si bien es cierto que la tendencia es bastante generalizada. De los 212 ayuntamientos que conforman la provincia, únicamente una veintena han ganado población. Y algunos de ellos de forma testimonial, como Santiago Millas (ocho habitantes más), Villaturiel (25) o Santa Colomba de Somoza (30).
Entre estos municipios también aparecen Valdelugueros (44), Molinaseca (89) o Cubillos del Sil (199), además de Ponferrada, con 352 habitantes más que hace 24 años. Pero el resto de municipios son o lugares con un importante núcleo de empleo, como Villadangos del Páramo (211 habitantes más), Camponaraya (895) o Valencia de Don Juan (1.030) o municipios del alfoz de León.
Garrafe de Torío, Cuadros, Onzonilla, Chozas de Abajo o Valdefresno aparecen en esta lista que lideran Sariegos y Valverde de la Virgen, con más de 3.000 habitantes más, San Andrés del Rabanedo, con casi 6.000, y Villaquilambre, con 10.577 nuevos vecinos.
Este último municipio, con Sariegos, han llegado a multiplicar por dos su población desde el inicio de siglo. Sariegos ha pasado de 2.230 habitantes a 5.444; Villaquilambre de 8.070 a 18.647 en 2024. Son aumentos muy cuantiosos, como el de Valverde de la Virgen, que está cerca de duplicar su población en el año 2000: de 4.152 vecinos ha pasado a 7.806.
La cara negativa: las cuencas mineras
Esta es la cara 'positiva' de la moneda. Pero, frente a estos 20 municipios, hay 191 que han perdido población. Y sí, también los hay con una caída demográfica casi testimonial, como los dos habitantes menos de San Millán de los Caballeros o los 18 de Cabañas Raras.
Pero en otros, este descenso poblacional es muy notable. León ciudad, en primero lugar, ha perdido 15.763 habitantes, lo que supone un 11 por ciento de su población. Por detrás aparecen, en datos absolutos, ante todo municipios mineros.
Villablino, con más de 6.400 habitantes menos, Bembibre con una caída de más de 2.500 vecinos o La Pola de Gordón, por encima de los -2.100 habitantes, marcan esta tendencia. Astorga es el 'rara avis', el municipio no minero que aparecen entre los que más población han perdido (-2.069), para regresar a esa tendencia: Fabero (1.863), Cistierna (1.513), Toreno (1.475), La Robla (1.430) o Torre del Bierzo (1.197) completan los primeros puestos de pérdida demográfica.
Ocho municipios pierden más de la mitad de su población
Llevando estos datos a la comparativa porcentual, se puede atisbar cómo ocho municipios leoneses han perdido más de la mitad de la población que tenían en el año 2000. Todo un drama demográfico, económico y social que afecta al medio rural y, especialmente, a territorios ya severamente castigados por la despoblación.
Llama la atención el caso de Barjas, en El Bierzo, que ha pasado de 403 habitantes en el año 2000 a apenas 145 en 2024. Es decir, 258 vecinos menos, una caída del 64 por ciento que les deja en una situación complicada.
Otros municipios que también han superado ese 50 por ciento de pérdida demográfica son Escobar de Campos (59,74 por ciento), Valderona (54,76 por ciento), Crémenes (53,37 por ciento), Benuza (52,47 por ciento), Gordoncillo (50,72 por ciento) o Destriana (50,35 por ciento). Entre todos ellos sumaban en el año 2.000 más de 3.700 vecinos y ahora no llegan a 1.800, es decir, más de 1.900 habitantes menos en tan sólo 24 años.
Esta es la radiografía general de la demografía de una provincia leonesa que gota a gota, día a día, se va vaciando, de forma desigual entre comarcas y poblaciones, pero que mantiene una tendencia a la baja desde hace décadas.
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