El calmado del tráfico se resquebraja

Tras dos meses de obra, las baldosas recién instaladas en la renovada calle Gil y Carrasco ya dejan ver sus costuras.

Numerosos viandantes de la zona han dejado ver su asombro al comprobar como las grietas, la rotura y el tambaleo ya se acumulan en las nuevas placas de esta plataforma vial.

«Esto no llega al invierno», explican los más alarmantes tras comprobar cómo las rajas parten ya algunas de las baldosas.

Las obras en esta céntrica calle se iniciaron el 7 de julio, añadiéndose la intervención en San Agustín y Alfonso V el pasado 25 de septiembre.

El pavimento empleado cuenta con material con capacidad de descontaminación del aire por oxidación natural en una superficie que suma tres áreas de más de 3.400 metros cuadrados, con un plazo de ejecución total de cinco meses y una inversión de 1,4 millones de euros, con cargo al Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea, para convertirlo en una zona de prioridad peatonal.

Sin embargo, en solo dos meses ya han asomado las primeras deficiencias en la instalación, especialmente evidentes en las zonas próximas al alcantarillado.

Desde el Ayuntamiento de León advierten de que la obra no está finalizada y no será así hasta que un técnico municipal revise la instalación y se reciba la actuación, por lo que se estará atento a cualquier deficiencia que se pueda observar en estas renovadas calles que pretenden ser accesibles y funcionales.

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