En busca de UPI UPI

Fue cuestión de media hora. Carmen tenía cita en su centro de salud para vacunarse. En previsión de lo mal que lo suelen pasar los bebés como ella en su cita con la aguja, María, su madre, antes de salir de casa cogió esa herramienta tan sencilla pero a la vez tan efectiva para calmar a un niño: su peluche favorito.

En el camino del consultorio de La Palomera a la zona de merenderos, el conejito UPI UPI se soltó del abrazo de Carmen. «Cuando nos dimos cuenta de que no lo teníamos desandamos el camino, fue cuestión de media hora». Pero UPI UPI ya no estaba. Al momento, María redactó, imprimió y colgó un cartel en la zona en el que rogaba a «la persona que lo rescató» que devolviera al peluche a su hogar, pero una semana después UPI UPI sigue sin aparecer.

El peluche es muy especial para Carmen. Además de ser su muñeco de apego -objeto que ayuda a los bebés a partir de los siete meses a dormir o cuando necesitan consuelo- fue uno de sus primeros regalos de Navidad.

UPI UPI viajó desde Alemania para encontrarse con Carmen. El hermano de María, que vive en Berlín, le regaló el peluche a la niña por Papá Noel, un muñeco de una firma alemana hecho a mano. Fue el hermano mayor del bebé el que lo apodó UPI UPI.

«La primera noche sin él fue horrible, la niña lo pasó mal y el hermano ya anda preguntando por él», explica María. De momento, Carmen duerme con una ovejita de peluche que sustituye a UPI UPI, aunque «no es lo mismo». Lanza de nuevo un mensaje a los vecinos para que se pongan en contacto con ella (653 338 472) si han encontrado el peluche que en pocos meses se convirtió en el mejor amigo de su bebé.

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