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Imagen de tres trabajadores en el incendio de este jueves en San Andrés del Rabanedo. Peio García
Brigada forestal: «Lo hacen como un trabajo de verano, tres meses y fuera. No quieren un servicio efectivo y profesional»

Brigada forestal: «Lo hacen como un trabajo de verano, tres meses y fuera. No quieren un servicio efectivo y profesional»

Tres brigadistas, con grandes incendios a sus espaldas, explican las condiciones a las que se enfrentan compañeros y amigos en los fuegos de la provincia | Jornadas interminables, salarios precarios, peligro constante y falta de estabilidad son el día a día de quiénes luchan contra el fuego «en verano»

I. Santos

León

Sábado, 23 de julio 2022, 08:59

Los incendios de León, y en general los de la comunidad, parecen haber dado un respiro a los trabajadores tras unas jornadas en las que las altas temperaturas y las fuertes rachas de viento han complicado la extinción. «Este es un tema que se viene ... avisando, cada año las temperaturas serán más altas y los incendios más virulentos y difíciles de controlar».

Son las palabras de quien durante años trabajó en una Elif en la provincia de León. Uno de los muchos trabajadores que «pasamos por el servicio y no nos quedamos porque no nos garantizan un futuro». En estos días en los que la sociedad les mira y les ve como héroes, aprovechan para contar la situación que se vive desde dentro. Pero con cierto miedo. Las represalias de las empresas privadas que acceden al concurso de la Junta de Castilla y León para gestionar las bases de la comunidad amenazan sin pudor.

«Recuerdo, allá por 2006, que se hizo una huelga de todas las bases», explica el mismo trabajador que finalizada la campaña de 2021 decidió buscar estabilidad en otro sector, «después de eso se han concedido a diferentes empresas».

Y después de eso las condiciones no mejoraron para ellos todo lo contrario. «Cuando yo entré», explica otro ex trabajador de una Elif a leonoticias, «se planteó una huelga, pero los servicios mínimos sólo dejaban que la hiciera una persona por cada turno y ahí llegó el jefe de la empresa privada y dijo: 'que levante la mano el que quiera hacer huelga'». Recuerda que fueron pocos los que se atrevieron a alzar su mano, y acto seguido se les dijo: 'El que la haga, ya sabe lo que le espera'.

Un trabajo profesionalizado

«Es un trabajo que debería ser profesionalizado y no es así, nos dan 3 meses al año y para casa». Y esto que todo el mundo que lo piense un poco lo entiende, no parece que cale hondo en los encargados de gestionar el servicio. Si los bomberos de una ciudad o provincia son funcionarios públicos con una formación especializada, ¿por qué no lo son quienes combaten con el fuego en los montes?

«Todos hemos sido nuevos y te formas desde cero, pero es un curso de dos días con ocho horas y nada más». Y ante esta situación el riesgo se incremente entre los compañeros de la cuadrilla. Uno de los ex trabajadores asegura que «cuando yo entré éramos 21 personas y de ellos, tres éramos nuevos, pero mi último año -el verano de 2021- de los 21 había 14 nuevos».

Y como todo el mundo pueden entender ellos remarcan que «no es lo mismo una persona que lleva 10 años, o que todo el mundo sea nuevo». La situación este año es similar, y en la base de uno de los brigadistas en activo ocurre lo mismo, porque «es un trabajo precario, con condiciones muy precarias» y del que al final, se acaban marchando.

Los tres trabajadores son conscientes de que todo el mundo tiene que empezar y aprender, el problema es que aunque «la Junta pide experiencia, la gente con experiencia lo deja». Después de cuatro temporadas en un caso, diez en otro y uno en activo, los tres aseguran que el problema es claro y tiene una fácil solución: «Lo hacen como un trabajo de verano, que se vengan tres meses y fuera. Nunca han querido que sea un servicio efectivo y profesional».

Y en las empresas privadas que gestionan el servicio esta situación es constante, porque según critican «lo único que quieren es un número, les da igual que seas Juan y lleves 10 campañas o que te llames Pedro y lleves una campaña». «Y sobre todo que no des guerra ni armes alboroto», interrumpe uno de ellos la conversación.

Malas condiciones

La precariedad del sector sale a la luz en los meses de verano y cuando los incendios ocupan las portadas de los medios de comunicación y los informativos de las televisiones generalistas, pero ellos lo viven todo el año. Bueno, en su caso, los tres meses de campaña por los que se les contrata.

«Es un problema, la gente tiene que comer y con tres meses en verano no se vive» y en este caso, la solución de algunos es dejar su trabajo en verano, entrar en una base de incendios forestales y tras la campaña volver a su trabajo. Pero en otras ocasiones la estabilidad de ese otro empleo puede con la pasión con la que acuden a apagar incendios y lo acaban dejando.

«En este sector tener un trabajo todo el año es imposible». Y es que los que van teniendo una experiencia tienen en la balanza sueldos muy bajos (cerca de 1.200 euros con las pagas prorrateadas), precariedad y un peligro constante, no sólo por el fuego, sino por el material con el que cuenta.

«Y luego en el propio trabajo, hacer jornadas de 10 ó 14 horas, dependiendo de la empresa se ha llegado a las 18 o 20 horas y ahí es donde radica el peligro, porque es ahí donde hay accidentes», lamentan recordando al compañero fallecido en el incendio de Zamora. Y es que «aunque haya experiencia», las horas de trabajo y la fatiga «a veces llevan a cometer errores».

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