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Pasada la medianoche de este jueves un conductor detenía su vehículo en el conociso Puente de los Leones. Lo hacía a la altura de uno de los dos bolardos que delimitan, desde hace unos días, las 'zonas de tránsito 20' habilitadas para el paso de bicis, taxi, bus y patinetes.
El objetivo de la abrupta parada era en primer término la ausencia de otros vehículos que pudieran entorpecer su maniobra y en segundo término realizar eso, una maniobra, consistente en intentar arrancar el bolardo de plástico que define los carriles desde la ventanilla de su vehículo.
No fue posible ni en el primer intento, ni en el segundo, ni en el tercero... así que finalmente el conductor optó por evitar un conflicto mayor y abandonar el lugar.
La escena evidencia una realidad visible en el día a día: a los conductores no les resulta de especial agrado ese nuevo elemento en el tramo central de los viales más allá del especial peligro que supone, pese a su carácter reglamentario, para los conductores de motocicletas.
Este jueves el PP cargaba contra la iniciativa y advertía tanto del peligro de su uso como de lo inservible de su presencia. «Son una ridiculez», llegó a asegurar.
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Todo ello antes de hablar de «prisas, imprecisión y chapuzas del equipo de gobierno han convertido a León en una ciudad intrasitable. Desde los 500.000 euros para pintar Ordoño hasta la 'ridiculez' de los bolardos, los cojines berlineses cortados y afilados como cuchillas, los cruces del Paseo Salamanca o Guzmán impidiendo los giros a la derecha, o el cierre del centro los fines de semana con las consecuencias que está teniendo para la hostelería«, señalaba en un comunicado.
Este viernes la UPL se ha sumado a las críticas asegurando que los bolardos «constituyen un peligro grave para la circulación viaria y la seguridad de los vehículos motociclistas y ciclistas, teniendo en cuenta que los carriles, si bien tienen la anchura reglamentaria, no son lo suficientemente anchos teniendo en cuenta los giros que en esa zona se realizan«.
«Ante las protestas vecinales de los usuarios de la calzada, desde e Grupo Municipal de UPL exigimos al equipo de gobierno del Partido Socialista que, sin criticar la medida de la delimitación mediante pintura, que no afecta a la circulación, se hace preciso la inmediata retirada de esos bolardos o pivotes de plástico que, como antes decíamos, suponen un peligro y ello antes de que se produzca un grave accidente«, asegura en un comunicado.
La situación ocurrida en León no es nueva y se ha suscitado en otras ciudades. Cáceres tuvo que sustituir los mismos bolardos por tiras reflectantes sobreelevadas en el suelo y Madrid aplicó limitadores sobreelevados para definir sus carribles bus.
Por el momento en León el bolardo, en todo caso, no parece ser la solución para adecuar el tráfico y garantizar el paso de los nuevos habitantes del asfalto.
El Ayuntamiento vista que la realidad de la circulación ha sobrepasado los bolardos ha optado finalmente por su retirada apenas 48 horas después de que fueran ubicados en los viales.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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