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Los asistentes a los debates sobre cuestiones filosóficas, que se desarrollan semanalmente en la Biblioteca Pública de León -dependiente de la Junta de Castilla y León-, denuncian que este pasado lunes no les han dejado al no estar inscritos en una lista que «hasta ahora nunca existido».
Al menos una treintena de personas que suelen participar en estos actos se vieron afectadas por la nueva medida y afirman que se les intentó echar, ante lo cual decidieron realizar una protesta formal en el libro de reclamaciones.
«Lamentamos que unas charlas cuyo aforo siempre fue de 100 personas se haya reducido a la mitad y se pongan trabas a la asistencia. Se suponía que iba a volver a la normalidad después de la pandemia, pero los requerimientos burocráticos lo hacen más difícil que antes de la misma, algo increíble», critican en un escrito remitido a los medios de comunicación.
«Lamentamos la falta de diálogo para entender nuestra postura que avalan las firmas presentadas, porque consideramos que la biblioteca pública es un espacio público. Que un ambiente de debate y reflexión se quiera controlar y no dejar que funcione como siempre», sostienen.
En este mismo sentido, señalan que no entienden que «en un espacio público las medidas de seguridad las ponga una empresa privada de seguridad. Es una medida improcedente e inapropiada que coarta las reuniones colectivas y solicitamos que se retire ese control y que se vuelva al espacio de siempre de cien personas».
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