Bendición sobre cuatro patas

Aprovechando el sol, que empezaba a calentar la fresca mañana que despertaba en León, minutos antes de que el sacerdote abandonara la iglesia, han sido decenas las mascotas que se han acercado a la plaza en unos minutos de espera.

Nervios en los peludos y sus dueños, jugueteo entre unos y otros y ladridos que se escapaban del control humano. Por unos instantes, San Marcelo se alejaba de las tapas y los cortos para convertirse en un improvisado recinto de mascotas.

Ya son parte de las familias, y como tal, sus dueños han querido acercar a sus mascotas al encuentro con San Antón. El agua bendita ha recaído sobre las cabezas de los animales, que de esta manera quedan bendecidos en una de las tradiciones más llamativas de la fe cristiana.

«Pedimos salud, sobretodo salud», reafirmaba una joven que llevaba en brazos a su cánido. Otra recordaba que había rescatado a su gata, que se encontraba abandonada en la calle con un mes, y venía a agradecerle al santo que les hubiera unido en el camino.

Muestras de afecto recíproco, cariño a raudales. Las mascotas han puesto el toque diferencial a un acto que cada año es cita ineludible del calendario peludo de León.