«El barrio ya no es lo que era, pero tenemos un sambenito que es difícil quitar»

La mala fama lo ha convertido en uno de los barrios más conocidos y menos transitados de León. Y, contra ese estigma, tratan de levantarse los cada vez menos vecinos que residen en él.

Coincidiendo con sus fiestas patronales, nos hemos acercado hasta el Barrio de la Inmaculada. En su centro social nos recibe Carlos Fernández, quien, tras 40 años viviendo aquí, preside una asociación que trata de dar una opción de ocio a la gente. «Intentamos sacar a la gente de casa, con el trabajo que esto conlleva y, en unas más y en otras menos, la gente va viniendo y, una vez aquí, se sienten muy a gusto».

Talleres de memoria, manualidades, yoga y, por estas fechas, preparan un 'Belén' y una chocolatada por el día de la Inmaculada, a la que asisten autoridades. A ello suman en verano jornadas de convivencia, viajes culturales o a la playa. Gracias a ellos, reconoce su presidente, que en el barrio habría gente que hubiera muerto sin conocer el mar. «Es un barrio a las afueras, con pocas posibilidades; es un barrio pobre».

El barrio se está quedando viejo, lamenta Carlos, y muchas casa están hoy vacías. Menos de 700 vecinos quedan en la Inmaculada, que mira con cierto optimismo al Plan Edusi de León Norte. Esperan que este proyecto revierta en beneficio para el barrio con un centro de día que invite a los leoneses a cruzar el estereotipo con este barrio. «Que vean que el barrio no es lo que era. Tenemos un sambenito colgado y es muy difícil quitarlo», subrayan los vecinos que recuerdan como anécdota el baile que se hacía los sábados en el barrio. «Venían de otros sitios y cada dos minutos entraban y salían para ver el coche porque pensaban que esto era el Oeste y se robaba a todo el mundo; al final venían y ya no salían, sería que no se les trataba muy mal».

Hoy es día, todos tratan de facilitar un poco las cosas y hacer ver que la Inmaculada no es como era hace 40 años. «Todo el mundo hemos puesto un poco de buena voluntad y la convivencia entre vecinos y gitanos es normal y corriente».

El enlace entre la Palomera y Eras facilita que se pueda cruzar la ciudad en muy poco por este barrio. Ahora, no son el frontón de antaño, con una única salida por la calle Nazareth. Ahora tienen salida por San Francisco y dos calles que conectan con los hospitales y el hotel.

Y es que este barrio tiene la peculiar historia de haber sido en los años 50 el lugar para construir las 'casa del aguinaldo', 120 viviendas que se entregaron a las familias más pobres de León. De hecho, los símbolos franquistas aún lucen en las más viejas. Su estructura típica de casas bajas servían para acoger a familias numerosas y hace 15 años fueron entregadas en propiedad por una cantidad simbólica. Así fue como surgió esta zona de León, a la que se incorporaron vecinos que levantaban su vivienda en terreno barato.

«Llegamos a tener cuatro bares, kiosco, carnicería y dos tiendas, pero ha ido a menos y ahora es un barrio bastante mayor y con mucha gente pobre. Como no nos ayuden, que lo espero con el Plan Edusi, y nos faciliten algo, veo muy poco futuro aquí, es que no se ve que esto mejore».

La Asociación de Vecinos del Barrio de la Inmaculada aglutina los problemas de la zona. Una de las quejas es el parque para niños con el suelo de arena, donde perros y gatos hacen sus necesidades y las hierbas crecen sin control. Las baldosas en las aceras tampoco son seguras, y también piden más contenedores.

En el lado positivo, se valora el impulso del Centro Cívico Ventas Oeste, donde se celebra la Liga de Antibióticos, hay una biblioteca y una reputada escuela de boxeo.

Y el gran problema de la Inmaculada es la falta de policía, ya que los vecinos no pueden estar 24 horas pendientes del barrio, por lo que lanzan un mensaje al alcalde y concejal de Seguridad: «Que procure que los municipales nos visiten, cumplan con su obligación, que nosotros en lo que podemos ayudamos, pero no tenemos que ser un correo para todo. Para eso están los municipales, para ver las deficiencias y cosas que están mal en un barrio y dar fe de ello allí».

Tras recorrer con Carlos esta zona, conocer su historia, y tratando de quitar ese San Benito acaba un día en un barrio que quiere dejar de ser Corea para volver a ser León.

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