Las juras de bandera son actos estrechamente relacionados con las instituciones castrenses como el Ejército y la Guardia Civil. Cuerpos como los de Policía también tienen en el ensalzamiento de la enseña española uno de sus rasgos idiosincrásico. Sin embargo, el compromiso con la ... oriflama nacional no solo se limita a los profesionales de la seguridad española, sino que también hay juras de bandera de carácter civil como la que se celebrará este sábado en la plaza de San Marcos. Un acto organizado por la Academia Básica del Aire y que se enmarca dentro de los actos con motivo del nombramiento de 243 Hijos Adoptivos de la Ciudad de León relacionados con la nueva promoción del cuerpo militar en León.
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Decenas de leoneses no ligados con el mundo castrense, no al menos directamente, jurarán la rojigualda en un acto sentido y preñado de patriotismo. Una muestra de respeto a la bandera que, todavía hoy en día, sigue presentando diferencias entre los españoles, ya que no todos se sienten representados por unos colores que no identifican como suyos.
Un pensamiento diametralmente opuesto a las personas que participaran en el acto que tendrá lugar este sábado a las 12:30 horas. Ana Belén Rubio y Ángel Martínez son dos leoneses cuya mentalidad es esta y, por ello, han decidido jurar bandera. Dos leoneses de mediana edad, dedicados a la medicina y al comercio respectivamente. Ambos expresan con orgullo su sentimiento español, su deseo de que la nación permanezca unida y destacan los valores ligados a la enseña nacional.
«La bandera es muchísimo más que una tela roja y amarilla con un escucho. Significa la unión de España, un sentimiento que aglutina a todos los españoles, del que sentirse orgulloso -yo lo estoy- y que es totalmente independiente a cualquier connotación política», expresa esta médica leonesa.
Para Ángel este acto no es otra cosa que «reafirmar el juramento que hice hace 38 años en lo que entonces era la Escuela de Especialistas del Aire (ahora la Academia Básica del Aire) y donde realicé el servicio militar voluntario». Este comerciante dedicado al mundo de la moda recuerda su época en la mili con nostalgia y orgullo. Para él, no solo fue una formación castrense, sino que fue un lugar en el que le inculcaron «unos valores y una educación» que el considera fundamentales. «Yo me siento español como el que más y esto es una manera de reafirmarme en mis convicciones».
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Si bien es cierto que la historia de la bandera nacional es anterior a la Guerra Civil, sus colores y simbología están íntimamente ligados al bando sublevado, que la ensalzó y la hizo suya durante la contienda con contraposición con la tricolor republicana. La Transición y el periodo constitucional quisieron eliminar esa unión de conceptos. La rojigualda sigue siendo la bandera que representa a España y sus valores se pretenden asemejar con los democráticos. Sin embargo, no es ninguna locura aseverar que muchos españoles siguen rechazando esta oriflama, ya sea por su deseo de dejar de ser españoles -véase los movimientos independentistas- o por convicción política.
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Tanto Ana Belén como Ángel son conscientes de esta realidad, pero les resulta complicado comprender lo que definen como «una disparidad de opiniones». «En mi opinión, todos somos españoles. Cada uno en su casa que haga lo que quiera, pero nos tenemos que comprometer por el bien común, que eso es precisamente a lo que obliga la jura de bandera», argumenta Ana Belén..
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«Uno de los valores que trasluce la bandera española es el respeto. Yo respeto muchísimo las opiniones de los demás. Creo que la unidad de España es fundamental porque supone el amparo del mismo país y de todos los españoles. Ahora hay un sector de la sociedad española que desea separarse de alguna manera de ese amparo y cobijo que nos da nuestra enseña. Lo respeto, pero creo que es un sentimiento que se irá diluyendo y que al final prevalecerá que estamos en un mismo país y todos somos españoles».
Deseos de un país unido que se expresarán este sábado en San Marcelo, donde estos dos leoneses participarán de un acto, el de la jura de bandera, que ha ganado popularidad en los últimos años. Allí, Ángel volverá a adscribirse a unos valores con los que se comprometió cuando apenas si rozaba la veintena. Ana Belén no pudo hacerlo entonces, la mili estaba reservada para los hombres, pero ahora, como española, desea plantarse delante de los colores rojo y amarillo para seguir construyendo el país en el que cree y que tanto orgullo le suscita.
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