Juan María Vallejo: «No atraemos ni a los jóvenes ni a las mujeres; tenemos un problema de relevo generacional»

¿Qué supone este reconocimiento para usted y su empresa?

Lo primero, el reconocimiento lo recibo como tal y orgulloso. No busco premios, pero es bueno que la gente te vea, se acuerden de ti y de la empresa porque yo solo soy el que estoy al frente. La empresa es un equipo que es fiel, que sigue conmigo, que sabemos lo que estamos haciendo y estamos dando pasos para llegar adonde hemos llegado. Es bueno este momento -para recibir un premio- porque estamos en precrisis, una crisis incierta; no sabemos si el túnel es ancho o cuánto de largo, si tiene bombillas o no. Somos una empresa que nacimos con una crisis, la del 2008, la de la construcción en 2013 y la pandemia; no sabemos estar quietos.

¿Quién es Juan Manuel Vallejo, el empresario leonés del año?

Es un ingeniero de Caminos que nació en León hace 61 años, fue ejecutivo de una empresa y dio el paso a ser empresario y se siente orgulloso y contento.

¿Por qué cree que sus compañeros de la Federación Leonesa de Empresarios le dan este premio?

Porque todo el mundo tiene derecho a equivocarse y mis compañeros se han equivocado -bromea-. Pero la admito. Me siento orgulloso, tenemos 15 años de vida, el grupo actual llevamos 10 en esa empresa, y tenemos un desarrollo importante: equipo consolidado, gente de mucho tiempo y con mucha experiencia. Estamos detrás de la sostenibilidad, con 'Passivhaus' y conocemos el sector, y estamos bien y a gusto en el sector. Ese desarrollo de ventas y extensión, en toda Castilla y León, Madrid, Aragón, Asturias o Galicia lo hacemos por el equipo que tenemos y crecer en una constructora, cuando se están perdiendo empresas, ha llamado la atención a la junta directiva. Es un reconocimiento que se agradece.

En formato esquema: las tres claves del éxito.

Equipo, centrarnos en lo que sabemos y crecer de una forma ordenada.

¿Cómo ha sido la trayectoria de 'Juanma' Vallejo?

Empecé Caminos en Santander, luego trabajé como ingeniero haciendo autovías, me gusta la obra; pasé por una productora como delegado, en labores de ejecutivo gestionando equipos; me centro en Ingeniería y Construcción. Paso a una empresa, con 600 millones de facturación y ya el siguiente paso: hacer lo mismo pero por cuenta propia con un equipo consolidado, fiel y que sabe del oficio y eso permite crecer. No se puede crecer de forma desordenada, que te arrastre del crecimiento. Hay que hacerlo de forma ordenada: si comes lechazo, no puedes cenar cabrito porque no haces la digestión. Crecer con un equipo, hacer las cosas bien y el sector nos ha admitido como una empresa nueva y somos ya la quinta de Castilla y León.

¿Cómo se logra empezar de la casi nada y llegar al éxito?

Conocer lo que estás haciendo y tener un equipo para desarrollarlo -son casi 85 empleados y eran 10 personas-. Cuando vas creciendo tienes que rodearte de buenos, de los mejores, y dar confianza y eso te permite crecer. Puedo estar en dos obras, no puedo estar en cuatro, así que tengo que estar en dos. Si el equipo es bueno y te rodeas de los mejores puedes ir creciendo, tienes un sector con huecos, y no hacer lo mismo de antes. En este momento, la sostenibilidad está para quedarse, el cambio climático existe, y hay que afrontarlo, y desde el punto de vista residencial es algo a afrontar y hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás; hay problemas de mano de obra y materiales y hay que intentar resolverlos.

¿Cómo se encuentra el sector de la construcción en León?

En este momento hay obra, se desarrolla, vamos a distinguir obra residencial del resto. Hay mucha actividad, los fondos Next Generation traen inversión, pero no hay mano de obra. Hay falta de mano de obra y de materiales. La guerra de Ucrania es la postcovid. Este sector en pandemia trabajó de forma ordenada en obra nueva, no en rehabilitación. En este momento falta mano de obra especializada en el sector y una falta de materiales, y las reglas del juego han cambiado y hay que saber tomar decisiones. León tiene actividad, se está bien viviendo y estamos viendo el túnel. Hay que estar a la expectativa, dando pasos cuerdos y que sean más rápidos que antes. El sector tiene un problema de que habiendo obra no tiene posibilidad de ejecutarla. Hay que ser hábiles; el sector tiene dificultades y hay que esperar que la recesión sea breve y podamos alcanzar épocas de crecimiento.

¿Y por qué falta tanta mano de obra en la construcción?

Hay un problema generacional. No hay relevo generacional en el oficio, no tanto en la ingeniería, sino en el oficio de albañiles, que no se nace en un día y antes se hacía en sagas familiares, arrastrando al oficio, y eso hacía una nueva generación; eso se ha perdido, las nuevas generaciones no entran. Las mujeres no están entrando al sector, en ingeniería sí, de forma cautelosa,..., no entran en albañilería, qu e no es tan masculinizado como antes. No atraemos a los jóvenes ni a las mujeres y tenemos un problema de relevo generacional. El extranjero marchó mucho con la pandemia y nos hace falta para ocupar ese espacio y lo intentamos recuperar en origen. Lo importante es que exista actividad y que exista empleo.

La realidad es que ya no se ven jóvenes en los andamios y no parece una solución sencilla encontrarlos.

Es un problema de gestión diferente. En 2008, había mano de obra pero no había trabajo. La gente en construcción se jubila antes porque no es fácil estar en el andamio a 35 grados o 10 bajo cero. Hemos sufrido que los jóvenes prefieran otras opciones, como en la hostelería, y hay que darles una vuelta. El convenio es tremendamente digno y la labor que hacemos es cómo podemos resolverlo. No vemos una solución clara. Que los premios sean a la construcción es bueno, un sector puesto en boca de todos y que tiene convenio bueno, trabajo bueno y la obra no es como antes, no tiene la masculindad ni el machismo de antes y hay más colaboración entre empresa y trabajador y hay que seguir buscando formas para que la gentes se forme; seria bueno que nos conocierais. Tiene que volver a emerger desde la FP, que no nos vean como machistas o anteriores, la sostenibilidad o el bajo consumo energético atrae a otras forma de entender la construcción.

¿Qué necesita León? ¿Obra nueva o seguir apostando por la rehabilitación?

En términos residenciales, la pandemia ha hecho ver que las casas no están preparadas para vivir 24 horas tres meses. No tenemos aislamientos adecuados. Las casas tienen 40 o 50 años, ha mejorado el ahorro energético y la 'Passivhaus' es mejor que obra nueva. Necesitas obra nueva y rehabilitación, con León siendo una ciudad concéntrica, donde la gente vive en el centro, y está bien rehabilitarlo. Es un momento bueno pero atípico por mano de obra y trabajo. Hay que apostar por la rehabilitación urbana de barrios, hablamos de vivienda.

¿Tiene León todos los ingredientes para que la construcción tienda a paralizarse? Faltan personas, faltan jóvenes...

León tiene población envejecida. Los jóvenes se marchan. Es una capital pequeña, pero tiene ventajas. León es una ciudad encantadora para vivir. La gente de Madrid me decía que quería quedarse a vivir en León. Tenemos ventajas e inconvenientes, como el envejecimiento o que se van los jóvenes, pero la ventaja es que se vive a gusto en León. Si no hay renovación, se vacía, pero se valora que sea una ciudad pequeña que está bien, que no hace tanto frio como antes y hay que luchar por solucionar problemas y que León siga siendo una ciudad donde se vive a gusto.

Y por último, ¿tiene ya perfilado el discurso cuando le entreguen el premio?

Hay que reivindicar dos cosas: la empresa más que el empresario, nuestro equipo más que el empresario. El sector vive una época complicada y hay que buscar soluciones a los problemas. Hay empresarios, pero tiene que haber un equipo al frente de la empresa, y eso lo tenemos.