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El jurado anual que elige al 'Leonés del Año 2022' ha optado en la presente edición por la candidatura conjunta formada por los astronautas Pablo Álvarez y Sara García.
Así lo ha anunciado a última hora de la jornada de este jueves tras una delibreración ... que contó con una notable presencia de 'leoneses del año' así como del alcalde de León, José Antonio Diez, el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, así como representantes de la emisora que convoca este galardón, Radio León.
El jurado valora el éxito profesional alcanzado por ambos estudiantes de la Universidad de León, únicos astronautas españoles en la Agencia Europea Espacial.
Es la tercera persona nacida en España que viajará al espacio. Destacó entre 22.523 candidaturas que recibió la Agencia Espacial Europea (ESA), y con Sara García Alonso, son los únicos españoles elegidos para convertirse en astronautas de su nueva promoción. Según el director general de la ESA, Josef Aschbacher, hay que ser gente muy especial para alcanzar este puesto. Ahora Pablo ha logrado un hito en España y, tras 30 años sin ningún representante español, formará parte del equipo de astronautas de la ESA que podría viajar en el futuro a la Luna o a Marte.
Estudió el Grado de Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de León. A los 22 años se fue a cursar un Máster en Ingeniería Aeroespacial a la Universidad Politécnica de Varsovia (Polonia), un paso que marcó su carrera para siempre. Trabajó en varios programas de aeronaves de Safran y Airbus en esta última en la sede de Getafe (España), y también en las de Francia o Reino Unido. Ha trabajado como arquitecto mecánico del rover de la misión ExoMars, un proyecto de astrobiología destinado a búsqueda de vida en Marte. En 2020 se incorporó como jefe de Proyecto de aviones comerciales en Airbus.
Habla con fluidez inglés, francés y polaco. En abril comenzará su entrenamiento para viajar al espacio. Le espera un año intenso para adiestrarse en el ayuno extremo, el frío, la humedad y el soporte de los pesados trajes de astronauta. «Mínimo, antes de volar son tres años, y eso si tengo suerte«, explicó el propio Álvarez en sus primeras palabras tras hacerse pública su elección.
Nació en León en 1989. Es la primera mujer española candidata a astronauta, aunque no se incorporará inmediatamente podría participar en misiones en un futuro. Forma parte de la nómina de 17 astronautas (5 titulares y 12 reservistas), de la Agencia Espacial Europea (ESA), que recibió propuestas de 25 países europeos. No ha tenido prácticamente ningún contacto con el sector espacial, pero la ESA no impone este factor como requisito indispensable, sino que busca perfiles relacionados con distintos campos de la ciencia.
Estudió el Grado y el Máster de Biotecnología en la Universidad de León y dice que le cambió la vida. En 2018, se doctoró cum laude en biología molecular del cáncer y fue premio extraordinario de fin de carrera. A lo largo de su trayectoria académica, ganó también varios premios a la excelencia, tanto en la Universidad de León como en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca. Durante su tiempo como candidata a doctora, trabajó como asistente de investigación universitaria para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), realizando trabajos sobre medicina del cáncer.
Desde 2019, trabaja como investigadora posdoctoral en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en el laboratorio del bioquímico español Mariano Barbacid, donde lidera un proyecto de oncología experimental relacionado con la medicina de precisión, orientado al descubrimiento de nuevos fármacos. De hecho, uno de sus trabajos más recientes, publicado en la revista Molecular Cell, ha desvelado la estructura de la proteína RAF1, un paso clave para crear terapias contra el cáncer de pulmón y de páncreas. Aseguran que es un placer y un privilegio trabajar con ella.
Superó las seis fases para ser elegida «candidata a astronauta». La primera fue el 'screening' inicial, 23.000 personas a las que se evaluó el currículo, se planteó un cuestionario, y se demandó el certificado médico de aptitud. Siguió la calificada por todos, como la más dura, los tests psicométricos, con pruebas de capacidad intelectual, que duraron 11 horas. También fueron analizadas sus capacidades psicológicas. Debió someterse, asimismo, pruebas médicas. La quinta fase, panel de entrevistas, asegura Sara que fue tremendamente duro porque allí intentaban apretar las tuercas y ver si aguantábamos el tipo. Y la última fase fue la entrevista con el director general de la ESA. Un proceso de 18 meses.
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