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El pasado 23 de noviembre León sumó dos nuevos nombres a su lista de héroes. Fue ese día cuando la Agencia Espacial Europea, ESA, nombraba a los leoneses Pablo Álvarez como astronauta y a Sara García como astronauta en reserva.
Desde entonces han realizado cientos de entrevistas y han recibido reconocimientos a lo largo y ancho de todo el país, mientras en la provincia leonesa sus paisanos mostraban orgullo cazurro por el trabajo bien hecho. Porque Pablo y Sara son ahora conocidos pero sus logros son dignos de admiración desde hace años a pesar de su juventud.
Su vida cambió ese día del mes de noviembre cuando se abrió un telón y quedaron expuestos ante el mundo. Solo habían pasado doce días desde que el director general de la ESA les notificó quiénes eran los 17 elegidos entre más de 20.000 personas de toda Europa y dos horas desde que les comunicaron quiénes serían astronautas de carrera y quienes sustitutos.
Una noticia que su familia también vivió con emoción aunque con prudencia. «Están muy contentos pero a mi madre le da respeto y lo va digiriendo poco a poco porque sabe que en algún momento me iré de misión», destaca Pablo quien advierte que seguro que le dice que lleve una «rebequina».
Ese día cambió sus vidas y aunque se habían preparado para múltiples circunstancias reconocen que no imaginaban la vorágine en la que entraban. «No habíamos hecho una entrevista en nuestra vida, tuvimos una hora de formación durante el proceso pero no te prepara realmente, aunque todo el mundo es tan amable que se está llevando bien», puntualiza Sara.
Fuera de cámaras reconocen que han realizado jornadas de más de 12 horas de entrevistas pero que todo ha sido bonito e intenso. «Cuando me abstraigo no me lo acabo de creer. He estado en La Moncloa, me dicen esto hace 34 semanas y no me lo creo», puntualiza Sara.
Pablo Álvarez nació hace 34 años en León, aunque su familia procede de Omaña. En 2009 se graduó en ingeniería aeronáutica por la Universidad de León y en 2011 obtuvo un máster en ingeniería aeroespacial por la Universidad Politécnica de Varsovia. Entre 2011 y 2017 trabajó como ingeniero estructural en varios programas de aviación para Airbus y Safran en España, Reino Unido y Francia, donde estuvo involucrado en proyectos como el A350, el A380, el Boeing 777 y el COMAC C919.
Entré 2017 y 2020 trabajó como arquitecto mecánico del rover Rosalind Franklin de la misión ExoMars en Airbus Defence and Space en Reino Unido, donde fue responsable del diseño y desarrollo de la estructura y la instalación de los distintos instrumentos científicos con los que va equipado el vehículo, así como de su integración en la plataforma de aterrizaje, además de ser director de pruebas durante la campaña de pruebas ambientales. También trabajó en el diseño, desarrollo y pruebas de los diferentes sellos del rover ExoMars para evitar la contaminación biológica.
En 2020 se incorporó como director de proyectos en Airbus España. En noviembre de 2022 fue seleccionado por la Agencia Espacial Europea (ESA) como titular en su promoción de astronautas de 2022, en la que también fue seleccionada la española Sara García Alonso.
Como ya han comentado, Pablo ahora pasará a formarse para sacar el título de astronauta mientras que Sara volverá su trabajo como investigadora posdoctoral en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde lidera un proyecto para descubrir nuevos fármacos contra el cáncer en el laboratorio de Mariano Barbacid. «Sigo trabajando e intentando gestionar ambos trabajos pero ahora bajará la intensidad. Están muy contentos de que pueda cerrar los proyectos», puntualiza Sara, quien asegura estar contenta porque le está permitiendo compaginar ambos mundos.
García deja claro que su ilusión es poder trabajar por la sociedad y así lo seguirá haciendo para encontrar fármacos que luchen contra el cáncer de pulmón y de páncreas. «Soy optimista en ese aspecto. Estamos dando grandes pasos», reconoce. De hecho, una de sus posibles misiones en la ESA sería hacer experimentos en condiciones de microgravedad, lo que abre un abanico nuevo de estudio y posibilidades.
Nacida en León en 1989 cuenta con un grado y un máster en biotecnología por la Universidad de León.
En 2018 se doctoró cum laude en biología nuclear del cáncer y fue premio extraordinario de fin de carrera. Durante su tiempo como candidata a doctora, trabajó como asistente de investigación universitaria para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España realizando investigaciones sobre medicina del cáncer.
A lo largo de su carrera académica, García Alonso ha ganado varios premios a la excelencia, tanto en la Universidad de León como en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca.
Desde 2019 trabaja como investigadora posdoctoral en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), donde lidera un proyecto para descubrir nuevos fármacos contra el cáncer en el laboratorio de Mariano Barbacid.
En 2021 participó en un programa ejecutivo de seis meses sobre creación de negocios desde la ciencia y la tecnología con IE Business School en Madrid.
Sara se incorporará a su trabajo la próxima semana mientras que Pablo pasará las Navidades en León para, en abril, comenzar a formarse como astronauta aunque no descarta volver, dentro de la ESA, al rover ExoMars. «Creo que voy a estar ocupado con la formación pero es cierto que cuando acabas la formación hay un periodo que haces otras labores por lo que puede ser que te asignen algún proyecto como el módulo de aterrizaje que están haciendo para el rover» ha explicado Pablo.
Las aficiones de Pablo distan mucho de las típicas de: leer, ir al cine y escuchar música. Él apuesta más por certificar si son ciertas frases científicas como que hay más estrellas en el universo que granos de arena en todas las playas de la tierra. «Hay entre 5 y 10 veces más estrellas que granos de arena en todas las playas de la tierra y muchas de esas estrellas tienen planetas alrededor», afirma Pablo mientras asegura que no se puede descartar que exista vida en otros planetas. «Como la que conocemos aquí tampoco, puede haber sido completamente distintas la evolución pero es una inmensidad que no nos cabe en la cabeza», asegura.
Y es que entre las aficiones del futuro astronauta también está ver series relacionadas como «Cosmos» mientras reconocen que de niños fantaseaban con esta posibilidad. «Es como una profesión soñada porque es dejar llevar tu curiosidad al límite, ese afán explorador, adentrarte en lo desconocido... es algo muy bonito que implica avance tecnológico y descubrimiento científico», destaca Sara.
Además de esfuerzo y perseverancia, Pablo y Sara también son ejemplo de que nunca nada está perdido. Y es el caso de él quien sufre una pequeña lesión en un tobillo que le llevo a presentarse a la ESA pero en la plaza de personas con discapacidad. «No sabía si era suficiente pero me dije: vamos a intentarlo», admite. «Al final me pasaron al otro proceso y han dejado el proyecto de viabilidad con un compañero inglés, súper carismático, una persona excelente, que perdió una pierna en un accidente de moto y va a ser el que lleve el peso del proyecto», asegura.
Entre las cualidades de García y Álvarez destaca las buenas palabras de sus compañeros a quienes conocieron en el proceso de selección a lo largo de seis fases. «Nos hemos ayudado, nos hemos servido de apoyo los unos a los otros...y los 17 que llegamos al proceso final pasamos cuatro días juntos», destaca Sara.
Precisamente en este proceso se conocieron Sara y Pablo a pesar de tener tan solo un año de diferencia, conocidos en común, han estudiado en la misma universidad y zonas de ambiente comunes fue la ESA quien unió su destino y ahora profesan fe absoluta en el otro. Una confianza que queda demostrada cuando se le pregunta a Pablo si será el primer español en pisar la luna y Sara responder que seguro que lo será, aunque no se conozca la fecha mientras que Pablo se muestra más cauto y reconoce que existe la posibilidad.
Ellos tienen claro que aunque la luna sea una posibilidad deben mantener los pies en la tierra y a pesar de haber recibido algún mensaje de personas que no se esperaban han pedido a su círculo más cercano que «les paren los pies».
Eso sí, ambos saben que tienen una misión y la de Sara es ser un referente para niñas y mujeres puesto que de los 1.341 españoles que se presentaron a la selección, solo 298 eran mujeres. «Me da un poco de vértigo porque quiero estar a la altura pero es precioso y lo llevo con orgullo. Voy a intentar abogar por la divulgación, por motivar a toda la gente a perseguir sus sueños», puntualizó.
Pablo y Sara han hecho soñar a la provincia entera. Han demostrado que el trabajo y la educación pública son bases perfectas para llegar donde sea, sin límites y desde una «capital de provincias» que vuelve a conquistar.
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Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Fernando Morales y Sara I. Belled
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