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Sara García Alonso cavando en la nieve. S.G
La astronauta Sara García Alonso cava su propia tumba entre la nieve

La astronauta Sara García Alonso cava su propia tumba entre la nieve

Forma parte de un duro entrenamiento en los Pirineos

Lunes, 23 de diciembre 2024, 08:22

Sara García Alonso es científica, astronauta de reserva de la ESA y, al parecer, futura experta en supervivencia extrema, en la mañana del 22 de diciembre ha sorprendido a sus seguidores en redes sociales con una lección que parece sacada de una película de supervivencia: cómo cavar un refugio en la nieve o, como ella misma lo describe, su propia tumba.

En una publicación reciente, Sara compartió imágenes de su entrenamiento un entorno gélido, en los Pirineos, mientras excavaba un hoyo que, lejos de ser simbólico, es un refugio vital en condiciones extremas. «Cavar mi propia tumba en la nieve para sobrevivir sin congelarme», bromeaba la astronauta. Pero detrás del tono ligero, se encuentra la preparación seria y meticulosa que requiere su trabajo y este entrenamiento que consistía en pasar la noche a -15 grados. Ella misma expresaba que «no parece lo más idílico. Sin embargo, ha sido una de mis mejores experiencias».

Porque el espacio —y la vida— no perdonan a los imprudentes. Ser astronauta significa estar preparada para lo impensable: un aterrizaje forzoso en algún lugar inhóspito o incluso la simple pero mortífera falta de previsión en cualquier misión. Todo esto forma parte de un entrenamiento que abarca mucho más que ciencias y tecnología: también es una cuestión de supervivencia.

Sara, nacida en León, combina la rigurosidad científica con un sentido del humor que la hace cercana y auténtica. Licenciada en Biotecnología y doctora en Biología Molecular, ha pasado de investigar tratamientos contra el cáncer a aprender a sobrevivir en condiciones extremas.

Cavar un refugio en la nieve puede sonar como una metáfora poética sobre el esfuerzo, el coraje o la adaptación, pero para Sara es algo mucho más concreto: una muestra de que incluso en los desafíos más fríos y solitarios, hay un aprendizaje que nos prepara para llegar más lejos.

Así, entre risas y pala en mano, Sara García sigue construyendo no solo refugios, sino también el camino hacia las estrellas.

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