Érase una vez que se era dos jóvenes de León que llegaron a las estrellas. Dos 'astroleonautas' que desde una pequeña provincia inspiraron los más altos sueños de los niños que con ilusión se veían reflejados en ellos.
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Es el cuento de Sara García y Pablo Álvarez ... . Un cuento de fantasía que es muy real y que esta viernes escribe una página más con el nombramiento de los dos astronautas como Leoneses del Año.
En la 52 edición de este mítico premio organizado por Radio León que por primera vez se otorga de forma simultánea a dos personas las estrellas del firmamento que forma la familia de Leoneses del Año han brillado con más fuerza que nunca al sumar entre sus miembros a los primeros españoles seleccionados por la ESA para descubrir el más allá.
De manos de Fernando Suárez y Olga Beberide, Sara y Pablo han recogido el reconocimiento que pone en valor «una hazaña que requiere glosas aeroespaciales y literarias».
Tras la emotiva semblanza de César Dopazo, que ha acuñado el nombre ya eterno de 'astroleonautas' que navegarán por las estrellas, ha llegado el momento más emotivo: la lectura con la voz de José María Merino del cuento que Luis Mateo Diez dedica al ingeniero y la biotecnóloga.
Con el río Luna como espejo, los asistentes a la gala han navegado por sus aguas en las que un día los habitantes del satélite abdujeron al tío Cimo, protagonista de la historia. «Fue al espacio, como vosotros haréis si llega el momento, al amparo de su imaginación estratosférica», recitaba Merino. «No hay nada comparado con aquello, me decía», cuenta el cuento de Merino, que terminaba con un «las estrellas os aguardan».
Dando gracias a sus padres y padrinos, Sara ha querido agradecer esta importante distinción que reconoce a leoneses que han dejado huella en la historia de la provincia, de España y el mundo, al jurado y los anteriores leoneses del año.
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«Es un orgullo por nuestra corta carrera y juventud, es un revulsivo para hacer despegar la siguiente etapa de nuestra vida con más compromiso», apuntaba la investigadora que reafirmaba su unión a aquellos que «trabajan por hacer de nuestra provincia un lugar mejor y más próspero dejando un legado para las generaciones futuras», un compromiso «vitalicio de defender este reconocimiento y devolver a León lo que me ha brindado».
Y hechizados ambos por el embrujo de un filandón compartido la pasada noche al amparo de la casa museo de Antonio Pereira, Pablo se animaba a compartir un cuento llamado 'Viaje al espacio interior', una historia escrita en la oscuridad de su habitación y que habla de sus sueños a bordo de una nave a escasos metros de alcanzar la Luna.
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Pablo y Sara, Sara y Pablo, se subirán a los hombros de los leoneses del año que les precedieron para acanzar las estrellas y hacer de la historia de León otro astro más del firmamento.
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