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Jesús Crespo, capellán y coordinador del servicio de pastoral del Caule. Ana G. Barriada

Apoyo espiritual frente al dolor

Jesús Crespo lleva casi 20 años como capellán en el Caule en los que presta una esencial labor de acompañamiento y escucha a enfermos y familiares siendo la pandemia «el momento más difícil en el cargo»

Martes, 19 de septiembre 2023, 08:12

Es una figura poco conocida para algunos, pero con una labor esencial. La Iglesia también lleva la atención espiritual a los hospitales a través de la presencia de los capellanes, quienes se encargan de acompañar a enfermos y familiares en momentos difíciles. «La escucha al paciente y a su familia es la función más destacada, además de la administración de los sacramentos de la unción, de la confesión y todo tipo de consultas», resalta Jesús Crespo, coordinador del servicio de pastoral del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule).

Desde hace casi 20 años, las visitas a las habitaciones de los enfermos forman parte de su día a día en el hospital. «Pasamos por todas las plantas generalmente a la semana y la gente va expresando sus necesidades. La conversación no solo se centra en lo meramente religioso sino que engloba un punto de partida que es la experiencia humana», explica desde su despacho anexo a la capilla del Caule.

Al abrir la puerta de la habitación no sabe la realidad que se puede encontrar. Pero, «cada vez que entramos en una habitación nos responden generalmente bien. Se saluda y se entabla una conversación lo más normal y sencilla posible», expone. A medida que las personas le conocen más en profundidad van cogiendo confianza. «Aquellos que son más creyentes se abren un poco más al capellán, mientras que en otros casos la visita es de cortesía, más humanitaria», admite.

«Lo más importante es la escucha»

La principal preparación a la hora de realizar esta función es estar lo «suficientemente formados y sensibilizados», máxime en un momento duro como el que viven las personas que allí se encuentran ingresadas. «En el caso de la persona enferma lo más importante es escucharlo porque tiene necesidad de expresarte su momento de dificultad que atraviesan. Incluso, ante una operación serie piden una confesión», subraya.

El área de servicio pastoral del Caule recae en seis miembros. Cuatro sacerdotes, un diácono permanente y otro aspirante a diácono permanente se encargan también de apoyo a los familiares, quienes van a rezar a la capilla. Un espacio donde se respira calma tensa a la espera de recibir noticias positivas de su ser querido. «Hay cultos, misa a las 11,30 horas todos los días y llevamos también el Monte San Isidro y el Hospital Psiquiátrico Santa Isabel. Tenemos una labor bastante intensa», señala.

Una labor muy fuerte que durante los peores momentos de la pandemia resultó muy complicada. «Ha sido el período más dificil que he vivido en este cargo. Ya cuando te llaman en el último momento de despedida, el no poder estar las familias fue muy duro», asegura Crespo, quien reconoce que eran tiempos muy tensos, de sufrimiento, de malestar, pero a la vez de reconfortación.

En aquellos meses se contabilizó un aumento considerable de personas que recurrían a la figura del capellán. Pese a la alta demanda, se atendió en todo momento como se hace siempre. «Las guardias son de 24 horas y se distribuyen entre los miembros de este área. Así, la asistencia religiosa para quien lo pide es diaria», resalta el capellán, quien también desempeña cargo de sacerdote en la parroquia de la Sagrada Familia en el barrio leonés de Pinilla.

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