RUBÉN FARIÑAS
León
Viernes, 25 de enero 2019, 13:15
Madrugada de Viernes Santo de 1929. Todo ocurrió en el tercer cubo de la muralla. Allí nacía un mito, una realidad que empapa a León y que 90 años después es ya un hecho trascendente.
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Pellejero, canalla, borracho y putero. La Cofradía de Nuestro Padre ... Genarín celebra este 2019 la novena década del desgraciado accidente que acabó con su santo. Fue la Bonifacia, el primer camión de la basura de la ciudad, la que dio origen a una leyenda que ha dado universalidad a la Santa Semana.
Durante todo el año, las coplillas de Pérez Herrero y el resto de discípulos resucitarán la cultura y tradición que aglutina la figura de Genarín. Desde canciones a cuadros, artículos y hasta una tesis doctoral; pero sobretodo aglutina a más de 20.000 personas que le recuerdan cada Viernes Santo por las angostas calles de León escuchando sus versos.
Un filandón genariano dará el pistoletazo de salida a los actos, que contarán con visitas a los 'santos lugares' de Izagre, donde nació el santo pellejero, y la Cepeda; y también se colocará una placa en la plaza del Grano, en el lugar donde Genaro tomó su primer orujo.
Pero Genarín no solo es un mito. Fue un hospiciano, marido, padre y viudo cuya vida se narrará en una exposición documental en el Museo de León, en el mes de abril. '90 Años de Bendito Canalla' recogerá textos que atestiguan la vida de Genaro Blanco, un leonés con vida complicada. Fue abandonado en una inclusa y fue recogido en el Hospicio de León.
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El ingenio le hizo sobrevivir en una época complicada y, por ello, su biografía tiene similitudes con la Celestina o el Lazarillo de Tormes. Un pícaro, procedente de fondos bajos y que hizo de la trampa una necesidad.
Otras actividades programadas serán la proyección de su película; un documental sobre Kike, quien devolvió a León el recuerdo de Genarín; una ópera en Francia sobre el mito genariano; se sacará un orujo especial para brindar; y se llevará a cabo su evangelización en Barcelona, Madrid y Bilbao.
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Y la gran cita volverá a ser en la madrugada de Viernes Santo, el 19 de abril, cuando el entierro romántico y poético recorra las calles de León, como hicieron sus evangelistas hasta 1957 y se retomó en 1976, tras la dictadura, gracias a Kike.
Volverá a ser una noche para el recuerdo, para los versos y para cumplir con su tradición mundialmente conocida, aquella que reza la estrofa más famosa de sus coplillas: 'Y siguiendo sus costumbres; que no fueron ningún lujo; bebamos en su memoria una copina de orujo'.
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