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Su vida cambió hace un año. La noticia saltaba en un comunicado de la Agencia Espacial Europea y, desde ese momento, sus nombres colocaban a León en el espacio.
Pablo Álvarez y Sara García se convirtieron el 23 de noviembre de 2022 en candidatos a astronauta y astronauta en la reserva, respectivamente, tras superar una prueba de selección con más de 22.000 candidatos.
Formaron parte de un selecto grupo de elegidos entre 25 países toda Europa y ambos coincidían en una cosa: los dos eran leoneses y habían iniciado sus estudios en la Universidad de León.
De un día para otro, Pablo y Sara empezaron a recibir propuestas, visitas, acudir a eventos públicos y ser el foco de atención. Dos jóvenes leoneses, él ingeniero y ella investigadora, eran portada de periódicos y revistas. El primero en juntarles fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que les citó en la Moncloa.
Fueron nombrados Hijos Predilectos de su ciudad, visitaron su universidad como auténticos héroes y fueron protagonistas de las fiestas de San Juan y San Pedro: como pregoneros -Pablo no pudo acudir por motivos formativos- y en la hoguera.
Durante estos meses han seguido coincidiendo en charlas divulgativas, en eventos científicos y homenajes. Sin embargo, Pablo Álvarez ha centrado sus esfuerzos en el exigente entrenamiento en la sede de la ESA, en Colonia; mientras que Sara García avanza en sus investigaciones sobre medicina de precisión en Madrid.
Pablo Álvarez tuvo que tomar el puentre León y Colonia. En la sede de la ESA ha desarrollado su formación para convertirse en el futuro astronauta que acuda a misiones espaciales de la agencia.
El 3 de abril acudía a su primer día de entrenamiento básico y un mes después se colocaba por primera vez el traje de astronauta. El Centro Europeo de Astronautas, en la ciudad alemana, se ha desarrollado con una formación básica para la exploración espacial, el estudio de disciplinas y técnicas científicas, en sistemas y operaciones espaciales y en dar sus primeros paseos espaciales con entrenamientos de supervivencia.
Durante estos meses también ha afrontado pruebas de fotografía, aprendizaje sobre distintos sistemas del cuerpo humano y su afectación por la microgravedad, un entrenamiento médico y uno de supervivencia en agua.
A la vuelta del verano, el astronauta leonés ha vivido experiencias de inmersiones, el entrenamiento de la hipoxia y unas intensas semanas en base a ciencia de los materiales, la dinámica de fluidos, la meteorología o el aprendizaje de movimientos básicos en actividades extravehiculares. Todo ello hasta alcanzar el ecuador de su entrenamiento básico.
Por su parte, Sara García ha seguido desarrollando su tarea de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas donde ha avanzado en la medicina de precisión.
La astronauta en la reserva ha dedicado este año a la labor divulgativa y en dar a conocer a las nuevas generaciones los valores que la han llevado hasta ese lugar destacado en la esfera científica.
También ha visitado la ESA, al menos en dos ocasiones, en las que ha podido participar en un curso médico espacial -su especialidad y por lo que se podría requerir sus servicios en misión espacial-, por lo que acudía el pasado 3 de febrero. Su última estancia en Colonia ha sido esta misma semana para participar en un entrenamiento de caminatas espaciales por primera vez.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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