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La proliferación de animales exóticos es una tendencia al alza de los últimos tiempos en España. Más allá de los perros y gatos, que siguen siendo la tónica general que la mayoría de personas eligen como mascota, otros prefieren ir más allá y acoger a animales menos comunes.
En León hay, más concretamente, 26 mascotas registradas en el Sistema de Identificación de Animales de Compañía de Castilla y León (Siacyl) que no sean ni perros ni gatos ni hurones ni conejos. Hasta ocho conejos contabilizan en este sistema dependiente del Ayuntamiento, seis reptiles y cuatro aves Psitaciformes entre una extensa lista de animales exóticos en la capital.
Una mangosta y un suricato, un mustélido europeo, un quelónido y una cobaya son más especies que algunos leoneses tienen en sus casas.
Sin embargo, lejos de lo curioso que puedan llegar a ser los datos, el trasfondo es más serio de lo que parece a simple vista. Javi Quintana, veterinario leonés, reconoce la dificultad que supone tener uno de estos animales en casa. «Con la nueva Ley de Bienestar Animal se ha vuelto todo mucho más complicado por el tema de la documentación», explica, «además de lo complicado que es de por sí darles de comer adecuadamente, que depende del tipo de animal que sea».
Serpientes, peces, pájaros, cerdos... cada especie tiene un sinfín de cuidados que se deben tener en cuenta en caso de tenerlos en casa. «A algunas serpientes les tienes que dar animales vivos para que coman, a otras les vale con que estén muertos», señala. «Pasa lo mismo con los peces, dependiendo de cuál sea tienes que tener cuidado, aparte que el medio debe ser muy favorable para que puedan crecer bien». Además, con los peces se añade la dificultad de la pecera, «una ciencia aparte»como las denomina Quintana. Entre el flujo de corriente, la temperatura y limpiar el agua de algas, entre otras muchas cosas, el tiempo que requiere es amplio.
Con los pájaros, por ejemplo, es importante tenerlos en jaulas cuadradas, ya que en caso de que sean redondas el animal puede ser más reticente «a caer en depresión» y a perder el sentido de la orientación, ya que las aves usan las esquinas por autoseguridad.
Una de las mayores dificultades es saber crear un entorno donde el animal esté estable y acorde a sus necesidades. Sea el animal que sea, siempre va a necesitar una temperatura determinada. «Las serpientes vienen de algunas zonas tropicales y recrear algo como esa zona no es nada fácil, además tampoco vale cualquier terrario», señala el veterinario.
Todo ello implica estar al 100% y adaptar al menos un rincón de la casa para una enriquecedora vida del animal, aunque la gente a menudo no es plenamente consciente de la responsabilidad que supone tener un exótico. «De lo que no son conscientes son de los problemas que pueden llegar a tener», relata, «porque pueden ser especies invasoras y generar problemas de plagas, como el cerdo vietnamita o los conejos en Australia», ya que en Oceanía no tienen depredadores.
Tampoco hay muchos veterinarios especialistas en veterinarios exoticos, por lo que «muchas veces tienes que ir a otra ciudad para que atiendan al animal», explica Javier. «No hay muchos que puedan afrontar una patología de un exótico», lamenta. «En general, tener esos animales es un despropósito con la cantidad de perros y gatos que hay para adoptar, que están desparasitados y conocemos sus patologías y tratamientos», reconoce. «Necesitamos menos exotismo y más sentido común», sentencia.
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