El agujero en La Rúa

El caminante que encare la Rúa desde Conde Rebolledo se encontrará con un frontal bien diferente al que estaba acostumbrado. También el peregrino que atraviese la calle estrecha desde Concepcionistas se topará con un claro que antes no existía.

La obra de 30 apartamentos de lujo en la Rúa ha rediseñado esta calle jacobea. La intervención en la zona sótano del solar en el que anteriormente se ubicaban los portales 16, 18 y 20 ha acabado tirando las tres fachadas colindantes de este tramo de la calle.

A finales del mes de enero, el arquitecto de la obra se puso en contacto con el Ayuntamiento de León para buscar una solución a los desprendimientos que estaban sufriendo las antiguas fachadas. La solución fue definitiva: demoler la antigua pared.

La noticia, publicada por el propio Gabinete de Comunicación, puso el foco de Patrimonio en esta actuación al tratarse de tres edificios ubicados en pleno Camino de Santiago.

Según se relata desde la Junta de Castilla y León, el pasado 1 de febrero, a las 11:30 horas, los técnicos realizaron una inspección a los solares de estos tres números de La Rúa para «comprobar que las actuaciones se estaban realizando según lo acordado por Patrimonio».

Una vez allí descubrieron la inexistencia de las fachadas y la medida tomada sin comunicación previa por parte del Ayuntamiento de León. En el lugar observaron que la fachada del número 18 y la mitad del 20 estaban ya derruidas y comprobaron que las del 16 seguían en pie pero atadas por unos cables.

El arquitecto de obra recibía a los responsables de Patrimonio y les informó de que «los desprendimientos comenzaron el día 31 de enero y la causa del mismo eran las excavaciones que se realizaron para el sótano», según informa a leonoticias la Delegación Territorial.

Ese mismo día se demolió el resto de la fachada, previa suscripción del Ayuntamiento de León, y que se había autorizado el derrumbe total de las tres fachas aún sin el beneplácito de Patrimonio.

El concejal de Desarrollo Urbano, Luis Miguel García Copete, trató de salir al paso del requerimiento de información por parte de la Junta, confirmando la comunicación, y asegurando que «la demolición fue controlada y se buscaba la seguridad física de las personas y de los edificios colindantes».

Se espera que los próximos días sean los técnicos municipales los que emitan una respuesta oportuna a tal situación que puede acarrear una sanción al Ayuntamiento de León y a la propia constructora.

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