Un aguinaldo sin inflación... pero con buen yantar

La celebración colgó el completo en el templo, donde las hermanas pusieron voz a una eucaristía que ofició el obispo emérito, Julián López, y que contó con diferentes autoridades ocupando las primeras filas.

Esto, en cuanto a la parte religiosa.

En lo civil, en lo que une cada festividad de la Inmaculada Concepción a los leoneses con la fe, el receptorio volvió a colmarse de los mejores productos de la tierra, muchos de ellos de la cosecha propia del convento.

Las concepcionistas esperaban tras la verja la llegada del pueblo, que lo hizo con su alcalde a la cabeza para saludar con enorme efusividad a la hermana superiora. «Hay que mantener las tradiciones y que sea por muchos años», comentó José Antonio a la religiosa, a la par que se interesaba por la salud de las hermanas durante los últimos meses.

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La tradición en las Concepcionistas

León ha cumplido con la tradición de honrar a la Virgen Inmaculada que nació en 1466, cuando Villapaldo pertenecía a la Diócesis de León; aunque no sería hasta 1621 cuando la ciudad juraría el voto, acordando en 1657 acudir todos los años al Convento de la Concepción, pese a no ser todavía fiesta oficial.

Una invitación que nacía del propio convento y que hace más de 60 años arrancaba a las 9 de la mañana con la celebración de la eucaristía, después de que los propios trabajadores municipales hubiesen cumplido con su cometido de encender los braseros.

El donativo nace de un aguinaldo en forma de cera, que era como se realizaba antaño. Ahora, se suple con una ayuda económica, que es una ofrenda que el Ayuntamiento hace a las Concepcionistas y que comenzó con 420 reales. Un dinero que, tradicionalmente, las madres concepcionistas suelen utilizar para sufragar gastos de luz y calefacción en el convento.

La ciudad hizo entrega de su tradicional aguinaldo navideño a las monjas, que volvió a ser de 1.000 euros -empezó siendo de 420 reales-, al igual que lo fue el pasado año, y con el que tendrán que sufragar los gastos de luz y calefacción que la subida del precio del gas ya ha obligado a bajar también en el convento. «La más joven tiene frío; es que tenemos la calefacción más baja», le confesó la responsable del monasterio.

Tras el donativo, la charla continuó, hablando del 'impass' sufrido estos años por la pandemia, que obligaron a eliminar el ágape con el que las hermanas agasajan cada 8 de diciembre a sus invitados.

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Visita a la hornacina de la virgen

Tras el paso por el convento, la corporación camina hacia la Plaza Mayor de León.

Desde el siglo XIX, se rinde pleitesía a la imagen de la Inmaculada en la escalinata de la plaza, lugar donde un soldado francés cayó por ellas, cuentan las crónicas, durante la invasión napoleónica de la ciudad, acto que se le atribuye a la intercesión virgen.

Este año no faltó de nada: embutidos, pastas caseras y la mistela abarrotaban el mantel, donde se citaron decenas de personas para disfrutar de la tradicional velada con las hermanas.

No hubo villancico este año y tras mantener un breve encuentro en el receptorio, las autoridades y civiles se despidieron deseando a las hermanas un feliz año y citándose de nuevo en 2023.