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Afíliate

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La política de caspa y grasienta da lugar a este tipo de situaciones, en el PP y en el PSOE... Y así están las cosas, con los cuchillos afilados a un lado y al otro de la política leonesa

J. Calvo

León

Miércoles, 4 de mayo 2022, 17:45

La política leonesa, que en no pocas ocasiones se mimetiza con el escenario nacional, se ha adentrado en las últimas semanas en un rocambolesco escenario de guerras intestinas y desechos de partido.

Da igual hacia dónde se mire porque las sensaciones, se ubique el foco ... donde se quiera, tienden a ser muy similares.

De esa política con caspa, grasienta, ha dado cuenta el Partido Popular en la provincia. El PP, desde los tiempos de Isabel Carrasco, ha vivido sumido en una convulsa ciénaga de la que a duras penas pudo salir el escaso tiempo en el que Eduardo Fernández alcanzó la presidencia.

En las últimas semanas, sin ir más lejos, el escándalo ha adquirido una dimensión casi volcánica.

Ha sido el Tribunal de Cuentas quien en este caso ha apuntado una financiación ilegal de los populares al dejar entrever de forma efectiva que dirigentes populares realizaron pagos a militantes que no estaban al corriente con el fin de actualizar y regular su situación interna como afiliados para acceder al voto en las primarias.

El propio tribunal, en un documento sin desperdicio y que evidencia las cloacas de los partidos, advierte de que «en el extracto de la cuenta bancaria de la sede de León se han observado 97 ingresos de cuotas no identificadas con el nombre del afiliado, sino con el nombre de varios dirigentes provinciales del partido».

La irregularidad es de tal calibre que, efectivamente, el asunto se terminará dirimiendo ante los tribunales porque la manipulación de afiliaciones alcanzó la nada despreciable cifra de 12.028 euros. Así de bien estructurado y tan democrático todo, se puede concluir.

Pero las afiliaciones irregulares, la chapuza, la mentira, no es una acción exclusiva del PP. En el PSOE leonés, al otro lado de la siempre frágil línea que divide la política, la denuncia por hechos similares ya es visible.

En esa ocasión las sospechas las ha puesto sobre la mesa la propia dirección de la agrupación local de León capital, la más numerosa de toda Castilla y León.

Allí, el secretario general ha llevado a Ferraz lo que considera una montaña de irregularidades materializada en afiliaciones 'por la puerta de atrás', o lo que es lo mismo 'paracaidistas' afines a la dirección provincial y llegados para engordar un censo que, llegado el momento, tumbaría al hoy alcalde de León.

El perjudicado por esta situación, José Antonio Diez, ya ha advertido que la onda expansiva de lo sucedido en el 'Partido' Socialista Obrero Español tendrá consecuencias más allá de la propia agrupación política. Si lo que considera una confabulación en su contra se materializa él dejará las siglas y se presentará en una agrupación local de electores.

Y la amenaza no es un asunto menor en un escenario tan fracturado como el leonés. Hoy por hoy Diez es un valor político en alza en el escenario leonés, tan atractivo que no tendría problemas en convertir al partido del que hoy es militante en un actor residual en el principal ayuntamiento leonés.

Y así están las cosas, con los cuchillos afilados a un lado y al otro de la política leonesa.

Si algo es evidente es que en la 'cocina' de los partidos hoy se fraguan este tipo de artimañas que sirven para ir cultivando con el tiempo una cultura del pelotazo capaz de alcanzar las más altas cotas de poder.

Esta es la forma de hacerse con el control de los partidos, incentivar las afiliaciones aunque sea de forma torticera. Y en esta escuela se educan los que serán nuestros políticos del mañana. Bienvenidos.

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