Así lo explica Natalia Palencia, psicóloga del centro residencial Alfaem en León que asegura que «cuando hay contacto físico los beneficios a nivel químico son muchos y variados». El principal tiene que ver con el aumento de los niveles de oxitocina, la hormona de la felicidad, que produce «una sensación de alegría y satisfacción». Por otro lado, los abrazos también ayudan a disminuir el nivel de cortisol, un componente que se genera cuando hay estrés en el cuerpo, por lo que abrazar es sinónimo de relajación.
«Culturalmente en España es algo que nos han eseñado desde pequeños y que está presente en nuestro día a día», comenta la psicóloga, que apunta que esta etapa de distanciamiento social y reducción de contacto ya nos está afectando y tendremos que aprender a adoptarnos a retomar los abrazos «como hemos aprendido a dejar de hacerlo». Asegura además que «seremos una generación que esté un poco marcada por esa temporada, por esa etapa de falta de contacto», pero se muestra optimista porque, como recuerda, abrazar es algo inherente al ser humano.
Los abrazos aumentan el nivel de oxitocina, reducen el de cortisol y mejoran el sistema inmunológico
Los beneficios de este gesto son todavía más importantes si cabe entre los más pequeños. «Siempre se intenta el contacto piel con piel entre el bebé y la madre o el padre nada más nacer, y la mejora inmunológica es notable», señala la experta.
Un deseo compartido
Chari, una de los 41 residentes del centro Alfaem en León, no era una gran amante de los abrazos hace apenas un año. Casi 12 meses después y una pandemia de por miedo han enseñado a esta leonesa a valorar estos gestos de cariño. «Echo de menos que me achuchen un poquito», confiesa, mientras imagina con un brillo especial en los ojos el momento en el que pueda abrazar a su hermano tras meses separados por un muro.
Un mismo deseo que comparte con Azucena, la primera vacunada en la provincia de León, que reconocía a leonoticias tras recibir la segunda dosis de la vacuna contra la covid-19 que no veía el momento de abrazar a sus hijos, nietos y biznietos.
Achuchones que volverán con el fin de una pandemia que nos ha enseñado, entre muchas otras cosas, que lo más importante está en los gestos más pequeños.
Hoy es el día mundial del abrazo
Generan confianza, combaten el estrés, son medicina natural para nuestro cuerpo. Y paradójicamente, hoy por hoy son un gesto peligroso. Los abrazos tal y como los conocíamos son cosa de hace un año. El coronavirus nos aleja y buscamos sustitutos. Hemos ideado todo tipo de alternativas, pero no es lo mismo. De momento toca seguir guardando distancia y esperar que ya quede menos para volver a abrazarnos.