Con la voz cansada de un viaje que ha marcado su vida pero la satisfacción del «deber cumplido». Todavía recuperándose de una «odisea» de más de 150 horas que le ha llevado a recorrer en menos de una semana 7.000 kilómetros, Pilar ya está ... en León reponiéndose del cúmulo de emociones que ha experimentado en los últimos días.
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Eran las 18.00 horas de la tarde del lunes 7 de marzo cuando ella y su hijo, Jonathan, ambos voluntarios de la ONG DYA, ponían rumbo junto a nueve compañeros de la organización llegados de Cantabria, Cáceres y Vizcaya al destino que nunca hubieran querido viajar pero al que «debíamos ir».
Horas sin descanso conduciendo por Europa con convoys cargados de ayuda humanitaria llevaron al nutrido grupo hasta el campamento de refugiados de Dorohusk, cercano a la ciudad de Lublin y a escasos kilómetros de la frontera de Polonia con Ucrania.
El frío, helador «hasta para una leonesa como yo», recorría cada una de sus venas. Un frío que iba más allá de la temperatura. De las 20.000 personas que durante el día ocupaban el campamento, no quedaba ninguna: una explosión cercana y las malas condiciones habían desalojado este espacio para llevar a los refugiados a lugares más seguros.
Entregada la ayuda, el convoy puso rumbo a Varsovia, donde recogieron a 14 refugiados que ya se encuentran en España. Uno de los momentos que Pilar recuerda con más cariño fue el descanso que les brindaron una asociación de padres españoles de familia de Esslingen am Neckar, ciudad de la región alemana de Stuttgart.
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«Su presidente David, Emilio, Marcos (gallegos) y su esposa Nadia (ponferradina) Enrique y Begoña e Irene de Santibañez de La Isla nos brindaron comida, cama y mucho cariño, fue la primera vez que vi una sonrisa en la cara de los refugiados. Fue mágico», recuerda emocionada Pilar.
A las 21.00 horas del pasado sábado, tras recorrer más de 7.000 kilómetros, madre e hijo llegaban a León tras dejar a los refugiados en Vizcaya y Cantabria. «Ha sido trepidante, vengo con la satisfacción de los objetivos cumplidos, de ver lo bien que funciona un equipo de héroes como es con el que hemos viajado y satisfecha porque hemos formado una familia y creado un vínculo con los ucranianos que no se va a romper».
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