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Indignados, pero con ganas de continuar en la lucha. León volvió a salir a la calle para reclamar un servicio digno en la línea de ferrocarril de vía estrecha y que estos trenes lleguen, como esta previsto, hasta la estación de Matallana.
Con un emotivo recuerdo para los cinco mineros (Ibán, Amadeo, Rubén, David y Jorge) fallecidos este lunes en la mina asturiana de Cerredo, la comitiva, con unas 3.000 personas, partió desde la iglesia de las Ventas. Esta vez, el recorrido, en vez de seguir el trazado de las vías inutilizada hasta la estación de Matallana, bajó por la avenida Mariano Andrés para concluir frente a la subdelegación del Gobierno.
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La indignación era evidente. «Estamos abandonados», repetían una y otra vez los manifestantes, recalcando que este servicio ferroviario es, para muchos, el único enlace entre la Montaña Oriental y la ciudad de León, la única forma de viajar hasta la capital leonesa para acudir a trabajar, a estudiar o a citas médicas. Habían salido a las calles de la ciudad para «hacer ruido» y pedir «soluciones de verdad».
Los recuerdos de las promesas incumplidas por distintos gobiernos, la información «sesgada y ocultada» acerca del estado real del servicio y las incidencias diarias que viven los usuarios de Feve marcaban la indignación de la marcha: «Siempre dicen que no hay maquinista, y muchas veces tenemos que organizarnos con taxis», expresaba Beatriz Lozano, vecina de Palazuelo de Torío.
Mientras discurría la manifestación, con carteles como «se busca tren perdido desde los pueblos hasta el centro de León», el sonido de las gaitas, panderetas, castañuelas y cacerolas anunciaban el paso de esta manifestación a la que se unían varios viandantes que paseaban por la ciudad de León.
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«Nos lo quieren quitar, pero no lo vamos a consentir», señalaba otra de las proclamas de esta manifestación, mientras insistían en que la situación de la Feve en León era el vivo reflejo del «abandono rural». Desde San Feliz de Torío o Villaquilambre, hasta otras localidades más lejanas de León, como Boñar, Cistierna o la palentina Guardo, llegaron manifestantes.
«Lo están haciendo mucho más complicado. Si el tren llegase al centro de León, viajaría mucha más gente», expresaba Luis Viñuela, otro de los manifestantes, llegado desde Garrafe.
La comitiva se detuvo en la estación de Matallana. Es el punto neurálgico de esta protesta, cuya exclusión del recorrido de la línea de Feve es la raíz de todos los problemas. Tras los gritos de «¡el tren, a la estación!», la manifestación continuó para llegar a su final, la subdelegación del Gobierno en León.
Allí, y equipados con cacerolas y distintos elementos para hacer ruido, llevaron su protesta ante la sede gubernamental, quien tiene la competencia en este asunto, para «ser escuchados» para que el tren llegue al centro «por rapidez, por comodidad y porque no tiene sentido quedar en La Asunción y trasladarse en autobús», según expresaba Isabel López, representante de la Plataforma en Defensa de la Feve en León.
«Queremos que el tren vuelva a llegar a la Estación de Matallana como estaba de toda la vida, a pesar de que que se paralizó como algo provisional, pero de lo que ya han pasado quince años y no nos sirve un autobús eléctrico como solución porque ya es hora de que nos oigan y vuelva a funcionar el tren bien, que llegue a la estación y que lo haga en buenas condiciones», apuntó.
En el manifiesto también se reclamaron trenes nuevos porque «los habitantes de la montaña de León tienen derecho a unos medios de transporte dignos», además de lamentar que «no haya revisores en los tres para tratar de justificar que no hay viajeros». «Si es un servicio público, no tiene por qué ser rentable», expuso López.
Entre las incidencias más reseñables enumeraron «que o el tren no llega o llega tarde, que se llena de agua cuando llueve o incluso que ha ido el autobús de la Cultural y Deportiva Leonesa y taxis a recoger a los usuarios». «Es todo un desastre y no puedes venir a León a trabajar o hacer una cosa con tiempo porque no es puntual ni cómodo, por eso exigimos un medio de transporte como Dios manda», apuntaron.
De los entre diez y quince trenes de Feve diarios que unen la montaña oriental leonesa con la capital, al menos uno llega hasta Bilbao. Sobre ese destino, Isabel López expuso que «cuando entras en el País Vasco es otro mundo, porque Feve llega a un centro donde puedes coordinarte con el aeropuerto o estaciones centrales», mientras que «León es el tercer mundo».
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