La grúa municipal en León capital recauda una media anual cercana al medio millón de euros

Caminando, en el coche de un amigo o familiar o en taxi, el trayecto hasta el Depósito Municipal de Vehículos de León en busca del coche perdido podría compararse a una dura visita al dentista o a ese compromiso que uno va postergando hasta que no queda más remedio que claudicar.

El Paseo del Parque enfila hacia este lugar en el que caben pocas sorpresas. Allí suele esperar el coche que, previo pago, vuelve a volver a su dueño. «No es una visita agradable, la gente no viene contenta y todo el mundo defiende que ha aparcado perfectamente, el que llega siempre es el gran damnificado», explica José Ángel Fernández, Oficial de la Unidad de Tráfico y encargado del Depósito durante el día en que leonoticias visita las instalaciones.

El funcionamiento no es complicado. En cada turno hay una grúa que se asigna a un agente de la Unidad de Tráfico, de forma que se encarga de vigilar los estacionamientos que pueden conllevar la retirada. En caso afirmativo, el operario de la grúa retira el vehículo de la vía pública, se formula el boletín de denuncia y se lleva al Depósito, vigilado las 24 horas del día. Una vez llega, se le aplican por ordenador las tasas que correspondan.

Cerca de 300 vehículos, turismo arriba, furgoneta abajo, son los 'habitantes' de este lugar entre los que se encuentran los que acaban de llegar y los que da la sensación de que no volverán a ser de utilidad, al menos como vehículos.

Para calcular la recaudación, o al menos una estimación, la cuenta también es sencilla. La grúa retira cerca de veinte vehículos al día, por los que se abona una media de 68 euros, que en un año arroja cifras cercanas al medio millón de euros.

Una limusina, viejas furgonetas y utilitarios de otra época forman parte de la nómina del depósito en la que también se incluye una larga fila de bicicletas recogidas, normalmente abandonadas o robadas.

Un espacio necesario donde la visita es todo menos agradable. Pero como ocurría con el dentista, no por no ser agradable deja de ser necesaria.