«No mueren. Son mujeres asesinadas»

La Plataforma Lunes Sin Sol ha vuelto a protagonizar este lunes una nueva concentración para honrar la memoria de Antonia, la mujer de 33 años degollada por su expareja de 31 años en Almería, la cuarta víctima de la violencia de género en lo que va de año.

Un acto en el que han vuelto a poner el acento en que las órdenes de alejamiento se incumplen sin que nadie haga nada, en asesinos a los que el suicidio da una pátina de irresponsabilidad, de buenas personas protegidas por una sociedad que nunca intuyó que esto podía pasar aun sabiendo que él era un maltratador consciente y constante.

Un acto en el que quisieron hablar de mujeres asesinadas, de tiros, apuñalamientos más previsibles de lo que la sociedad quiere reconocer. De mujeres que no querían ser víctimas, ni siquiera supervivientes. Que querían ser mujeres libres, independientes de sus maltratadores, mujeres apoyadas por un Estado en el que mucho falla para conducir a esas muertes, por un estado que se dice comprometido pero que elimina las becas de estudios universitarios de violencia.

Una concentración que, según lamentaron desde la plataforma, es la muestra del fracaso de la sociedad porque todos los que callan son corresponsables de que la violencia de género no sea desterrada, todos son cómplices en una sociedad que no aísla al maltratador, que bendice las políticas sexistas, la desigualdad, la brecha salarial. Todos seremos un poco responsables de esos asesinatos que nacen de la desprotección de las víctimas, de su falta de apoyos y de la falta de recursos para atender a todas y cada una de las mujeres que lo necesitan.