Fiscalía cierra el ‘caso Carrasco’ tras actuar imparcialmente, sin dudas y sin «obcecarme ni humillar» a Raquel Gago

Han sido más de dos años de trabajo aunque principalmente se ha hecho público a lo largo de este 2016 coincidiendo con la vista oral en la Audiencia Provincial de León.

Especialmente criticada su actuación en torno a la figura de la agente de la Policía Local, asegura que su conciencia no le permitiría acusar si no estuviera convencido y recuerda que desde un principio ha mantenido una línea recta: la participación de Montserrat, Triana y Raquel en unos hechos graves como un asesinato que podría conducir a una grave sentencia.

Lamenta que no se entienda que el fiscal no siempre tiene que acusar, a veces defiende la absolución de un imputado. Sin embargo, reconoce que en este caso, lo tenía claro. Si hubiera tenido dudas lo hubiera manifestado durante el transcurso del proceso judicial pero no fue así.

Es más, recuerda que incluso dio tres alternativas al jurado popular cooperadora necesaria, cómplice o encubridora- y remarca que siempre ha tratado de hacer bien las cosas, con arreglo a la ley. Por ello intenta hacer oídos sordos a las críticas que, al fin de cuentas como él mismo reconoce, van incluidos en el oficio. A veces son justas otras injustas y otras excesivas.

«No hubo motivos personales»

En cualquier caso, advierte de que los motivos personales no han movido a la acusación pública porque soy un profesional y asegura que en ningún momento ha tratado mal a Raquel Gago. De haber sido así, apostilla, le hubiera cortado el magistrado presidente. Nunca he pretendido humillar a Raquel ni mucho menos. Además va en contra de mi forma de actuar. Sólo he pretendido hacer las cosas bien.

De ahí que tras el veredicto de la Audiencia Provincial de León, que absolvía a Raquel Gago de un delito de asesinato, presentó recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Entendía que estaba equivocada y por eso decidí recurrí.

También entiende que se equivocó al declararse incompetente funcional para resolver el ingreso de prisión de Gago después de que el fallo comunicase la condena de 14 años por un delito de asesinato y tenencia ilícita de armas. Porque ante todo, remarca, debe primar el sentido común.

Reconoce que es complicado porque este supuesto no estaba previsto en la ley de enjuiciamiento criminal pero recuerda que la decisión, aunque no estuviese redactada estaba tomada. Una sentencia de estas características se iba a acabar filtrando y surgía el peligro de que la condenada tuviese la tentación de escaparse. Está claro que con 14 años de prisión había que tomar medidas lo antes posibles y así lo entendió el Supremo al notificarle su fallo. ¿Se equivoca? Podría pero creo que en este caso no.

Tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, por la que solicitaba el ingreso en prisión de Raquel Gago, dar por cerrada un proceso judicial y largo en el que su figura, como la de otros compañeros de la acusación, ha sido objeto de numerosas críticas.