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Jueves, 15 de diciembre 2016, 13:57
Raquel Gago ha recibido el veredicto más duro posible. El Tribunal Supremo no sólo ha ratificado su condición de cómplice en el asesinato de Isabel Carrasco sino que además le ha condenado por un delito de tenencia ilícita de armas.
De esta forma, el ... alto tribunal ha elevado de 12 a 14 años la pena de prisión para esta agente de la Policía Local de León que tendrá que volver a ingresar en prisión tras su salida el pasado 31 de enero. Será la Audiencia Provincial de León la que decrete su ingreso aunque por el momento no se ha fijado la fecha.
Por su parte, el Tribunal Supremo ha acordado mantener las condenas impuestas a Montserrat González y a su hija Montserrat Triana Martinez de 22 y 20 años de cárcel respectivamente.
Según han confirmado fuentes judiciales, la sentencia se conocerá en los próximos días. Siguiendo los criterios habituales el fallo ha sido comunicado a la Sección Tercera de la Audiencia Provincial a los efectos oportunos.
Una decisión, la del Tribunal Supremo, en la que las pruebas han pesado más que los alegatos de defensa e inocencia que ha mantenido durante todo este tipo la agente de la Policía Local, la tercera mujer implicada en el crimen, a la que siempre le han acompañado múltiples interrogantes.
El alegato de inocencia
Durante el juicio, cuyo deterioro físico centró todas las miradas, defendió en reiteradas ocasiones su inocencia, es más, aseguró desconocer las intenciones de su amiga Triana y su madre. Triana y Montserrat no podía ver a Isabel ni en pintura pero nunca dijeron que la querían matar.
De ahí que durante su declaración Raquel señalase que no necesitaba coartada porque jamás participé en un crimen que, sin embargo, le arruinó la vida. No tengo vida desde el día en el que Triana dejó el arma en mi coche, señalaba Gago durante su declaración, en la que remarcó que no se percató de que Triana le dejase el arma en su vehículo.
Es más, Raquel llegó a asegurar que no se podía creer la detención de Triana y Montserrat. Era imposible. Quizá por eso, continuo, nunca le comentó a nadie que había tenido un encuentro previo con su amiga ese mismo día. No sé por qué no lo dije. Mi cabeza no era capaz de asimilar que podía ser real. No podía explicar mi reacción.
Sin embargo, las pruebas llevaron al jurado popular y ahora también a Supremo a entender probado que Raquel conoció los propósitos de las otras dos acusadas para matar a Isabel Carrasco y, como tal, aceptó formar parte de ellos.
El veredicto final
En su día, el jurado popular entendió que Raquel Gago se situó en la jornada del crimen en la calle Lucas de Tuy donde tenía que encontrarse con Triana, a la que, conscientemente, le abrió el coche para que metiese el bolso que contenía el arma utilizado para el crimen.
Revólver que mantuvo oculto sin comunicar a nadie sus encuentros con madre e hija, hasta el día siguiente cuando puso en conocimiento de un amigo que había encontrado casualmente a pesar de que, según remarcaron desde el jurado, aceptó participar en los planes del crimen. En cualquier caso, para el jurado no quedó probado que su figura fuera imprescindible para cometer el crimen ni que realizase seguimientos a la víctima.
De ahí que entiende que Raquel Gago es culpable de un delito de cómplice de asesinato, consciente en causar la muerte intencionada de Isabel Carrasco concurriendo una circunstancia especial de gravedad de disfraz. Veredicto que atendió el TSJCyL, que entendió que Gago contribuyó a llevar a cabo en ejecución de un plan conjunto preconcebido, mediante actos de colaboración no constitutivos de autoría.
Es más, el magistrado entendía que Raquel era consciente de que se utilizaría un arma con la numeración borrada y sin licencia, y, en suma, que contribuyó efectivamente a causar la muerte de Isabel Carrasco con una aportación no esencial o decisiva, es decir, de forma prescindible e innecesaria para su ejecución, en los términos del veredicto determinantes de su culpabilidad. Siendo, concluía, esta tesis la única que alcanza a explicar satisfactoriamente los hechos en su totalidad, sin dejar cabos sueltos
Un único interrogante
Tesis que ha vuelto a confirmar este jueves el Tribunal Supremo. Por ello y a punto de que se cumplan dos años desde que recobrase su libertad, Raquel Gago tendrá que ingresar en prisión de forma inmediata, ahora condenada por cómplice de asesinato aunque con un interrogante aún abierto: los motivos que la llevaron a participar en el crimen más mediático de la provincia de León.
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