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Jueves, 27 de octubre 2016, 20:56
Los escaparates de las pastelerías se vuelven a llenar en estas fechas de los tradicionales huesos de santo, buñuelos de nata, crema, café o chocolate, pero también de los dulces más «terroríficos» de Haloween que, poco a poco, van ganando espacio.
La tradición y la ... innovación conviven en unas fechas en las que las confiterías son lugares 'de vista obligada'.
En su origen, los buñuelos de viento se limitaban a ser una masa frita que seguramente después era bañada en miel (como ocurre con casi todos los platos de origen árabe). Ahora, en lugar de la miel exterior, se recubren de azúcar y se añade en su interior un relleno
Hay buñuelos y huesos de santos tradicionales pero la innovación da pie a buñuelos de regaliz, de lacasitos, de chicle o de conguitos.
En el caso de los huesos de santo (los más clásicos, enrollados y rellenos de yema de huevo), se trata de una receta creada específicamente para este día y recordar así a nuestros difuntos de una forma más 'dulce'.
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