«Somos sordos, escúchanos»

Un acto que ha tenido como madrina de ceremonias a Carolina Rodríguez, la gimnasta que habla con las manos. Hija de padres sordos, la olímpica ha mostrado el orgullo por las dos personas que, con su apoyo, le dieron alas para volar alto en el mundo del deporte.

Por ello, en esta jornada Carolina ha querido dar altavoz al aislamiento que puede provocar una discapacidad como la sordera y el olvido en el que a veces cae este colectivo, que urge un mundo sin barreras de comunicación que, en definitiva, son las que impiden la plena accesibilidad y autonomía.

Durante la lectura del manifiesto, el colectivo recordó que son personas sordas, así se identifican y, como tal, así quieren que la sociedad les reconozca. Una tarea difícil, reconocen, cuando la sordera aún se percibe como una limitación. Por ello recordaron que son sordos, ni sordomudos ni deficientes auditivos.

«Exigimos nuestra libertad»

Una comunidad con identidad lingüística y cultural propia que forma para responder a una situación de exclusión histórica en el plano educativo, lingüístico, político, económico y social. Por ello, han solicitado que se garantice su libertad en el uso de la lengua de signos porque permite el ejercicio de sus derechos en igualdad.

Por último, Luis Miguel Jiménez, el presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla y León (Fapscl) solicitó a las administraciones que mantengan vivo su apoyo económico y reclamó la coordinación integral de las diputaciones de Castilla y León para trabajar de forma transversal.

Una suelta de globos puso el broche final a este acto que pretendió a dar visibilidad a los derechos de este colectivo para combatir los perjuicios. Personas que hoy más que nunca piden ser escuchadas.