Vista de la Calle Nazareth, la vía principal del Barrio de la Inmaculada.

Que Corea solo esté en Asia

El Barrio de la Inmaculada quiere dejar atrás el popular nombre con el que se conoce a este núcleo de la capital, tratando de cerrar un pasado de conflicto y marginalidad

n. barrio

Miércoles, 17 de agosto 2016, 13:14

Aunque la Guerra de Corea se produjo en los inicios de la década de los 50, los ecos del conflicto permanecieron en el imaginario colectivo muchos años después. Aquella guerra fue sinónimo de disturbios durante décadas, y sirvió a dicho imaginario colectivo para poner nombre al barrio de León en el que más 'palos' se daban. La Inmaculada fue bautizada sin querer a cuenta de las peleas, trapicheos y conflictos con los que los vecinos convivían a diario.

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Un pasado del que cuesta sentirse orgulloso y al que sus vecinos quieren dar carpetazo. Y es que las cosas han cambiado. La crisis ha echado el cierre a muchos negocios que permanecían en La Inmaculada y ha invitado a emigrar a un buen número de vecinos.

«Es un barrio que cada vez ha ido a menos» comenta Carlos Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos. Sin empresas en su radio de acción, la opción de mudarse a núcleos cercanos como Eras de Renueva o la Palomera suele tomar forma en los planes de los vecinos.

El pasado salta en la conversación y el presidente no lo esquiva: «El nombre de Corea es un poco vulgar y nos afecta peyorativamente». La presencia de vecinos de etnia gitana, para el presidente, «nunca ha generado problemas, hemos convivido y no hay ningún racismo, nos llevamos relativamente bien».

El futuro está por construir

Pero si el pasado no fue el mejor, el futuro está por construir. Lejos está ahora La Inmaculada de ser ese barrio en el que el leonés evitaba entrar: «Antes algunos venían a las actividades que hacíamos en la asociación y hasta la tercera vez no se sentían tranquilos», recuerda Carlos Fernández.

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Con la planta de biomasa proyectada en las cercanías del barrio, la Inmaculada mira ahora los planes del Ayuntamiento con una mezcla de recelo y esperanza: León busca transformar el núcleo en un espacio de transición energética y de innovación urbana, novedades que son bien recibidas por Carlos Fernández, que pide al Consistorio «información, porque no tenemos ni idea de las cuestiones concretas».

La intervención, para la que se buscarán fondos europeos, supondría un proyecto de 6,17 millones en un barrio que ha sufrido el paso del tiempo y la mancha de ser un núcleo desfavorecido. «Si ahora sale adelante es estupendo, pero si no pediría que no lo dejen en el olvido, ya que este barrio tiene muchas necesidades», declara el presidente.

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La Inmaculada quiere escribir su presente y futuro, dejando Corea como dos países lejanos en los que en los 50 hubo una guerra.

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