«Puta, hija de puta, te lo merecías»

Así lo ha señalado este testigo que segundos antes del crimen se cruzó primero con el acusado, Avelino Leandro, que iba realizar una cuenta atrás en voz altas, y, posteriormente, con la víctima. Apenas unos metros después, escuchó un disparó y al girarse vio como la mujer se desplomaba de espaldas al suelo.

Sin embargo, ya no pudo ver al agresor. No recuerdo verle con el arma, señaló durante su testimonio. En ese momento, fue corriendo hasta donde se encontraba Mari Carmen que presentaba tres agujeros en el costado derecho e izquierda y le colocó debajo de la cabeza su cazadora.

Momento en el que Leandro salió de su vivienda y gritó «puta, hija de puta de lo merecías». «Yo tenía miedo y no las tenía todas conmigo porque creí que podría salir a rematarla». Tras eso, vio como el agresor hablaba con su hermana y se iba del pueblo. Por último y a preguntas de fiscalía y acusación, el testigo aseguró que nunca calificaría a Mari Carmen como una mujer de carácter agresiva, es una mujer muy social.

Testimonio que ratificó la madre de la víctima. «Mi hija era la alegría misma. Todo el mundo la quería». Así lo señaló durante su declaración detrás de un biombo que impidió encontrarse con el asesino de su hija, un hombre que calificó de «rarísimo». Además aseguró que no sabía nada de las denuncias interpuestas por su hija aunque recordó «que es no era motivo para matar a nadie».

La jornada la cerró Josefina, la hermana de Avelino, que se acogió a su derecho a declarar. En este punto, fiscalía y acusación solicitaron aportar a la causa la primera calificación del testigo que, sin embargo, rechazó el magistrado al entender que eso violaba su derecho a no declarar.