La huella de Isabel Carrasco se pierde en el tiempo dos años después de su brutal asesinato

Se marchitó la rosa que durante meses recordó su figura sobre el cuadro que descasan en los pasillos de la Diputación junto a la hilera de imágenes que narran la historia de la institución provincial, la misma que durante años consiguió moldearla a su medida, a su imagen y semejanza.

Era la reina del palacio, donde nada se hacía o se decía sin que llegará a sus oídos, desde donde muchos la acusaron de manejar a su antojo una tierra que para otros elevó su notoriedad con su esfuerzo, su tenacidad y su trabajo.

Dos años después, en los pasillos del Palacio de los Guzmanes se respiran aires nuevos en una institución que dejó atrás una etapa convulsa, marcada por el paso de tres presidentes en apenas 12 meses. Un barco totalmente a la deriva, que, sin embargo, hoy viaja con rumbo fijo tras las últimas elecciones municipales, que llevaron a Isabel a vivir más en el recuerdo que en la forma de hacer política.

Historia política

El diálogo, el consenso y la participación son hoy la seña de identidad de una institución marcada por el talante conciliador de Juan Martínez Majo, que ha basado su gestión en una suma de todas las fuerzas políticas en pro de la provincia. Su objetivo era el mismo que el de Isabel, sin embargo, el cambio es notable y patente.

Atrás quedaron los insultos y los cruces de acusaciones. Hoy en las sesiones plenarias hay reconocimientos y felicitaciones a un presidente que, si bien, asegura haber tenido que aprender de los tres presidentes de la última legislatura Isabel Carrasco, Marcos Martínez y Emilio Orejas- para, con más o menos acierto, intentar abrir y acercar más esta institución para lograr siempre un cambio en positivo.

Tiempo de mirar hacia adelante

También late a ritmo diferente el corazón del PP de León donde recuerda este 12 de mayo como un día trágico. Impensable hace dos años la radiografía de hoy de un partido moldeado por la recuperación de la democracia interna, la libertad de exponer ideas pero también por el castigo del voto de los últimas comicios.

El partido ha protagonizado un gran cambio, asegura Eduardo Fernández, líder de un partido donde que hoy puede presumir de una dirección más colegiada y participativa como exigen los nuevos aires políticos instaurados en esta provincia donde el PP ha perdido la mayoría absoluta. Hemos cambiado en la misma dirección que la calle. Porque, según recuerda, la vorágine de la actividad política te obliga a mirar hacia adelante y dejar atrás el pasado.

También en el día a día. Dos años después, Marcos Martínez cruza prácticamente a diario esa pasarela donde en la tarde del 12 de mayo del 2014 Isabel Carrasco encontró la muerte. Ese día y en ese punto su vida también tuvo un punto de inflexión.

Hoy, mantiene el bastón de alcalde de su municipio, Cuadros, eso sí, bajo unas siglas independientes así como intacto el recuerdo de su amiga, una mujer que luchó mucho por esta provincia y cuya ausencia se ha notado especialmente en la institución y en el partido. Sin embargo, entiende que es tiempo de mirar hacia adelante y seguir peleando por lo que cada uno cree.

El caso Carrasco, en el TSJ

Huella que se desvanece políticamente pero que se mantiene viva mediáticamente. El caso por el crimen de Isabel Carrasco ya está en el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León después de que los letrados de todas las partes recurriesen y presentasen las oportunas alegaciones.

Atrás quedo un proceso judicial que centró el interés de medios locales, nacionales e internacionales en León, algo más de un mes marcado por giros inesperados, ausencias notorias y nuevos testimonios que permitieron confirmar la crueldad y el rencor que escondían las tres balas que acabaron con la vida dirigente política.

Dos años después, Montserrat González continúa entre rejas porque ni se arrepiente ni titubea al reconocer que volvería a apretar el gatillo. Junto a ella, en la prisión de Mansilla de las Mulas, su hija, Triana Martínez, hoy ya condenada a 20 años de prisión por ser considerada colaboradora del brutal asesinato.

No así Raquel Gago. La policía local y tercera mujer implicada intenta recobrar el pulso de su vida a caballo entre León, Madrid y Asturias. Mantiene su libertad a pesar de que el jurado popular entendió que fue cómplice del asesinato y de que la Audiencia Provincial de León la condenase a cinco años de prisión por un delito de encubrimiento y tenencia ilícita de armas.

Sin embargo, al igual que Triana y Montserrat vive un presente en el que el pasado tiene mucho poder. Un hoy en el que más que nunca está presente Isabel Carrasco, esa mujer de carácter fuerte, que se enfrentó a todos los estamentos de la provincia de León donde su huella se desvanece poco a poco con el paso de los días, donde hoy simplemente representa el pasado.