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j.c.
Domingo, 24 de abril 2016, 12:33
«Esto no se puede consentir». Lo asegura un vecino de la barriada de Oteruelo, en León capital, mientras mira con recelo cómo en las últimas semanas se ha procedido a realizar la instalación previa para levantar una antena de telefonía móvil en la pedanía.
Una antena «que amenaza a todos». Y «todos», según los vecinos, son «todos»: los residentes, los que acuden de forma puntual a la zona y de modo muy especial los alumnos del Colegio Padres Agustinos, que ahora jugarán y estudiarán a cien metros de este emisor de ondas de telefonía móvil.
«La inquietud entre los vecinos de la zona es máxima», recuerda el presidente de la Junta Vecinal de Oteruelo, Bernardo Sánchez Prieto, quien insiste en que el proyecto «puede cumplir con todas las normas legales pero está muy lejos de respetar la voluntad de todo un pueblo».
En la barriada se recuerda que «estas cosas te matan poco a poco. Pero que nos maten a nosotros que ya somos mayores ya es grave, pero a los niños que viene al colegio no se puede consentir».
El mismo pedáneo recuerda «los casos que ocurrieron en Valladolid, cuando en un colegio próximo a una de estas antenas se dieron una serie de casos de cáncer que desataron la alarma entre los padres. Puedo ser casualidad o no, realmente yo no lo puedo saber, pero lo que no se puede consentir es que esa misma alarma llegue hasta aquí», sentencia.
Todo listo
La antena se encuentra situada en 'La Fonfalicia', una zona verde con una treintena de viviendas en su entorno. Al norte la zona de Trobajo, al sur zonas de ocio y viviendas, al este un centro escolar con 400 alumnos y al oeste una urbanización y otra decena de viviendas particulares.
Todo, se recuerda, en el «radio de acción» de una antena que nadie quiere y a la que todo el mundo ya «mira mal».
En las últimas semanas el pedáneo se ha citado con el Ayuntamiento de León para examinar la documentación. «Todo parece que está en regla pero la alarma de los vecinos está por encima de lo que se pueda decir en los papeles», recuerda Bernando Sánchez.
«Que la quiten ya»
En el vecindario todo es malestar. «Que la quiten ya», dice un vecino. Y el pedáneo va más lejos: «Justo al lado vive una persona con un marcapasos y nadie sabe si eso le puede afectar. No se puede permitir que se instale ahí eso y hay que quitarlo de un modo o de otro».
Así que primero «vamos a apelar a la propia compañía que está instalando la antena para que, en conciencia, entienda que no se puede instalar esto», dice el también presidente de la junta vecinal.
Y no la compañía no se atiende «a las razones llegarán las movilizaciones por parte de todo el pueblo. El Ayuntamiento también pedirá a Movistar que cambie la ubicación atendiendo al rechazo existente. Nos han dicho que quizá se pueda retirar de esa zona, pero nada es seguro».
A la espera de una decisión final los vecinos siguen mirando las zapatas que ya esperan a la antena para que ésta quede anclada en el suelo. «Si la traen se va a liar», amenaza otro vecino.
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