Dos miembros de los TÉDAX de León junto al robot.

Tédax: desactivando bombas, activando vidas

La unidad de TÉDAX-NRBQ en León desvela la labor diaria de ocho técnicos que conviven con el riesgo inminente y luchan por ganar la partida a las trampas que coloca el terrorismo

nacho barrio

Jueves, 17 de marzo 2016, 11:24

Al otro lado del cordón policial hay un silencio incómodo, forzado, extraño. Se cuentan con los dedos de la mano aquellos que, ante la amenaza inminente de explosión, pasan al otro lado dejando atrás familias, temores y grandes dosis de confort. El objetivo es claro: ... salvar una situación que amenaza a los que quedan en la otra orilla. La espera en ese silencio es la de una partida a dos entre los técnicos del Tédax y el creador del explosivo. Los dos buscan ganar y la explosión es el sonido que tiene la derrota policial. A no ser que sea una explosión controlada.

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Ocho agentes de la Policía Nacional forman el cuerpo de TÉDAX-NBRQ en León, una especialidad del cuerpo tan sorprendente como peligrosa, tan necesaria como desconocida.

Todo empezó en enero de 1975. El gobierno decidió crear dentro de la vetusta Policía Armada un nuevo cuerpo entregado no solo a la desactivación de explosivos, sino a su estudio exhaustivo y, en definitiva, a ganar la partida entre terrorista y sociedad. Con grupos en Madrid, Barcelona, Bilbao, Vitoria y San Sebastián, hubo que esperar hasta el mes de febrero del 79 para ver el nacimiento del grupo de León. Contaba entonces con cuatro técnicos, a los que se sumaron otros cuatro en los años de plomo. Eran los ochenta, un tiempo en el que ETA y el GRAPO ponían a prueba a estos policías día sí y día también.

Fueron años duros como reconoce Jesús Pérez Pereña, jefe de los Tédax en León. La formación era contrarreloj y el estar siempre actualizados no era una opción: La unidad es completamente autodidacta, España es pionera en Europa en tener esta sección en la Policía. Todo lo hemos tenido que hacer ha sido a base de recorrer camino ya que no teníamos ningún sitio del que copiar.

Y es que antes de los Tédax, la referencia se queda en los artificieros del ejército, aunque se dedicaban a la destrucción de munición y explosivos, en un momento en que éstos comenzaban a ser diferentes, cada uno de un padre en el que contaba la imaginación del que lo construía con el objetivo único de dañar, como comenta Jesús Pérez.

El cuerpo especializado ha participado en León en 150 actuaciones relacionadas con explosivo real. Estuvieron presentes en momentos críticos, como el asesinato del Comandante Cortizo por medio de una bomba lapa adosada a los bajos de un coche en la Calle Ramón y Cajal, la explosión producida en 2004 en el Bar Lleras 38, en la Pícara Justina; o la desactivación de un 20 kilos de dinamita que viajaban en tren de Irún a Madrid, operación que se cerró con éxito en diciembre de 2003.

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No descansan. Nuestro servicio es continuo, porque cuando no estamos de servicio solemos estar disponibles si estamos dentro de la provincia de León. Además, hay que llamar cuando ocurre algo a los que están disponibles porque si no se enfadan, comenta irónico el jefe de los Tédax en León.

Una amenaza cambiante

El hecho de saber cada día más sobre la detonación de explosivos no supone en absoluto un motivo de relax para el Tédax. A partir de 2004, la unidad ha tenido que sumergirse de lleno en la lucha química y bacteriológica. El Antrax supuso una amenaza latente y de fácil producción contra la que hubo que prepararse con más fuerza si cabe. En aquel año empezamos a trabajar con detectores biológicos, químicos y radiológicos, estando capacitados para actuar con materiales de prevención. Las tendencias en cuanto a la utilización de químicos no están al alza, aunque se habla de esto porque es una posibilidad, no porque haya incidencias graves.

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Ser técnico del TÉDAX-NRBQ no es una cuestión baladí. Hubo años en los que no quería entrar nadie, aunque actualmente hay mucha gente que se presenta, pero se pide tanto que son muy pocos los que llegan, solo se cubren las jubilaciones. El curso de la especialidad es el más largo que se ofrece en la Policía Nacional. Más de 1.400 horas que cada día tienen más contenidos sobre física, química, electrónica o biología. Por si esto fuera poco, el carácter psicológico cuenta, buscándose aptitudes muy concretas. La realidad es que es un trabajo que termina siendo una forma de vida.

Oficio de riesgo inminente

En el camino, en esa partida macabra entre terrorista y policía, quedaron 16 técnicos en los 41 años de historia de la unidad. En León, el parte de bajas solo luce la amputación de la mano de un agente en la desactivación de unas carcasas pirotécnicas. Viendo el volumen de trabajo, está mal decirlo pero no son muchas víctimas si se tiene en cuenta que el Tédax es la unidad que más intervenciones ha tenido tanto en España como en el mundo, asegura Jesús Pérez.

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Seguirá habiendo partidas a dos aunque el rival cambie el tablero, las fichas y los dados. La clave estará en saber jugar mejor que el adversario.

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