«En 2015 veíamos a la semana dos intentos autolíticos. Ahora atendemos uno al día»

Este importante problema de salud pública, durante años silenciado y que tras la pandemia y junto otros problemas de salud mental cobró fuerza en el foco mediático, social y sanitario, exige una respuesta rápida y un protocolo de actuación en los centros médicos.

Explica Rocío Gómez, psiquiatra del Hospital de León, que generalmente el suicidio es consecuencia de una enfermedad o de una decisión vital, casos que requieren una evaluación e intervención médica. El repunte de casos atendidos por la unidad en el Caule es significativo y sigue la línea de la situación global. En 2015, explica la psiquiatra, su unidad veía a lo largo de la semana dos intentos autolíticos. A día de hoy ven una media de uno al día. «Desconocemos los suicidios consumados pero es cierto que hay un incremento en intentos autolíticos y se deduce que esto se trasfiere en un incremento de suicidios consumados», explica la psiquiatra.

El 14 por ciento de los intentos que valora la sección de hospitalización atendida por estos profesionales ingresan en planta. El resto, en caso de presentar un riesgo relativo pero no requerir ingreso y siguiendo el protocolo de prevención del suicidio del servicio, son citados en el equipo de salud mental en menos de una semana para ser atendidos.

Los casos que llegan a la unidad de hospitalización responden generalmente a la autoingesta de medicamentos, situación que se repite en el 90% de intentos de suicidio que atiende el Hospital. Cuando llega un caso a urgencias, el psiquiatra valora al paciente y en función de una serie de parámetros valora su ingreso en planta o su nivel de riesgo. «Miramos si hay posibilidad de rescate, si el paciente ha avisado a alguien previamente de sus intenciones, la letalidad con la que lo ha hecho y la concepción por parte del paciente de esta letalidad» entre otros puntos.

En psiquiatría se habla de ideación de muerte e ideación autolítica. El primer caso, explica Gómez, es un pensamiento normal que puede tener cualquier persona en un momento de desesperación o angustia. «Ocurre en momentos de desesperanza en los que decimos 'para estar así prefiero no vivir', pero es algo puntual». El mayor riesgo es cuando este pensamiento se convierte en una ideación autolítica, esto es, «cuando tu cabeza empieza a crear la forma de cómo lo harías, cada vez dedicas más tiempo a pensar en ello y en cómo sucedería». En ese momento, que supone un riesgo grave al estructurar el acto, es el punto clave para acudir a urgencias.

«Desde mi punto de vista ningún suicidio es predecible, porque si lo fuera no existiría», apunta la psiquiatra, que destaca la importancia de «hablar de ello» en consulta y de que exista un congruencia entre lo que el paciente dice y lo que observa el profesional a través de sus herramientas, mecánicas de trabajo y protocolos.

El pasado año el Teléfono de la Esperanza a nivel nacional atendió 183.372 llamadas, de las que más de 6.500 respondían a ideaciones suicidas. Cabe destacar el incremento de casos entre los más jóvenes, un repunte que también se nota en el Caule. «El porqué habría que analizarlo a fondo pero algo que vemos es que cada vez hay menos tolerancia a las frustraciones», señala Rocío Gómez, que explica que la mayoría de intentos autolíticos que ven en niños y adolescentes responden a «gestos de mínima tolerancia a la frustración, rupturas sentimentales o pacientes en los que empieza a cristalizar un posible trastorno de personalidad».

Considera la psiquiatra que es fundamental «no banalizar el intento» porque «es un aviso de que algo en su vida no funciona, puede ser una llamada de atención que te dice que algo no está bien, que algo tiene que cambiar». Explica que una de las claves es hablar con los pacientes que verbalizan una ideación de muerte aunque esta no sea autolítica. «Hay que hablarlo con naturalidad, preguntar con tacto pero abiertamente si hay ideas de muerte, en qué contexto están, cuánto tiempo piensan en ello... y profundizar».

La importancia de los protocolos de prevención es crucial en los servicios sanitarios para el tratamiento y seguimiento de los pacientes, protocolos que «desde la Junta están poniendo en marcha con varias estrategias» y que denotan que «en los últimos años hay más concienciación sobre el tema del suicidio», aunque sigue siendo necesario aumentar la inversión.

Para conmemorar este día para la prevención del suicidio el Teléfono de la Esperanza ha organizado este domingo una marcha de 'globos de esperanza' que partirá a las 19.00 horas de la Catedral para terminar en la plaza de Santo Martino, donde a las 19.30 horas se leerá un manifiesto para trabajar en la prevención del suicidio. Salud Mental León también se implica en esta jornada con la campaña 'Elige Vida', en la que a través de 2.500 carteles distribuidos en centros de salud, educativos, deportivos y culturales busca visibilizar y concienciar sobre la posibilidad de prevenir estas muertes.