El municipio de Brozas, en Cáceres, guarda tres días de luto oficial por la muerte del pequeño de 9 años que perdía la vida este pasado sábado en La Bañeza, donde acababa de llegar con su familia, intoxicado por monóxido de carbono procedente de una calefacción de carbón.
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De origen camerunés, la familia del pequeño Joy, junto a sus padres Natacha y David y sus dos hermanos de 10 y 8 años, acababa de mudarse a la localidad leonesa procedentes del pequeño pueblo de Brozas, un municipio cacereño ubicado en el oeste de la provincia, de poco más de 1.700 vecinos y a unos 40 kilómetros de la capital.
Según la información que publica el diario Hoy, la familia era muy conocida en el pueblo. En declaraciones del que fuera alcalde del municipio, Leonardo Rodríguez, la familia tiene allí una casa. «Son personas apreciadas en el pueblo. El padre es músico y la madre trabaja en lo que sale. Es una pena», apunta el vecino.
A través de las redes sociales el Ayuntamiento de Brozas informaba a los vecinos del triste suceso y comunicaba que las banderas del consistorio ondearán a media asta durante tres días «en señal de luto por esta tragedia». Al tiempo, deseaban «la pronta recuperación de sus otros dos hermanos» y concluían el mensaje con un «vuela alto, pequeño Joy».
También la presidenta de Extremadura, María Guardiola, utilizaba las redes sociales para mostrar su pésame por la muerte del menor. «Siento muchísimo la pérdida de hoy, un niño muy querido en Brozas, donde vivía con su familia. Me ha llegado al corazón la noticia de su fallecimiento y quiero enviar mi más sincero pésame a sus seres queridos», expresaba en su cuenta de X -antiguo Twitter-.
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La muerte del pequeño Joy se producía a primera hora del sábado 8 de febrero. La familia, que acababa de llegar a La Bañeza por motivos laborales, dormía junto a una calefacción de carbón que falló. Fue la madre, de 38 años, quien alarmada por el fuerte olor llamó a los servicios de emergencia.
La Policía Local de La Bañeza fue la primera en personarse en la vivienda de la calle Juan Carlos I Rey y ventilar la estancia antes de la llegada de los servicios médicos que intentaron reanimar al mediano de los tres hermanos, sin éxito. El resto de la familia fue trasladada al Hospital de León para ser atendidos por la inhalación de monóxido de carbono.
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