La lluvia ahoga el intento de La Bañeza de espantar Halloween con una mascarada tradicional

Jurrus, castrones, madamas, caretos tuvieron que quedarse a resguardo. Estos eran solo algunos de los personajes del antruejo tradicional que tenían previsto desfilar por las calles de la localidad. Un acto que iba a suponer la clausura del II Congreso Internacional de Carnaval: Máscaras y Patrimonio, que se celebraba desde el jueves.

En total iban a ser 15 grupos, de 14 localidades portuguesas, zamoranas y leoneses los que iban a dar vistosidad a las calles bañezanas. Todos ellos tuvieron que recoger sus disfraces, quitarse las máscaras y hacer el viaje de regreso ante el anuncio de la suspensión.

Entre los participantes se encontraban los Jurrus y Castrones de Alija del Infantado; el grupo O diabo, a morte e a censura y los Caretos de Baçal de Bragança. La participación portuguesa se completaba con los Caretos de Ousilhão, los Caretos de Arcas y los Caretos de Lazarim.

La importante presencia del antruejo y de la fiesta de invierno también iba a estar presente con la Danza del Paloteo «El Birra» de Tábara y el El Tafarrón y la Madama.

Entre los atractivos se encontraba ver pasar al Zangarrón, el Toro de Carnaval y la Talanqueira, así como la Obisparra y la Vaquilla y Cencerreros en una procesión que iba a cerrar el Atenazador. Un desfile que finalizaría con las últimas luces del día y la quema del Gran Jurru, de cinco metros de altura. La imagen permaneció envuelta en plástico y sería reservada para otra ocasión debido a su alto coste.

Un evento se completaba con la exposición fotográfica de máscaras sicilianas de la Plaza Mayor. En ella, a través de cerca de una veintena de imágenes en gran formato, se muestran las singularidades del carnaval en diferentes puntos de la italiana Sicilia.

Así, La Bañeza quiso pero no pudo rendir homenaje a esta tradición de fiestas de invierno y de desenfreno antes de Doña Cuaresma... aunque fuera en pleno Adviento.