El canario que bailó al son de las charangas de La Bañeza

El Carnaval de Canarias es una celebración única que transforma las calles en una gran fiesta, llena de color, alegría y ritmo. Especial renombre tiene el de Las Palmas de Gran Canaria, una de las celebraciones más antiguas y con más historia en España.

La tierra de los volcanes y las «papas arrugás'» tiene una especial relación con La Bañeza, donde se encuentra la segunda peña más numerosa —unos doscientos aficionados— de la Unión Deportiva las Palmas. Y también la afición por la fiesta del carnaval une León con las Islas Canarias.

Bien lo sabe el joven José Ignacio Garrido López, natural de Las Palmas, que admite haberse tragado algunos prejuicios y verse sorprendido por cómo se vive esta fiesta en La Bañeza. «Cuando mi amiga y compañera de piso, bañezana de pura cepa, me hablaba tanto del carnaval de su pueblo pensé que estaba exagerando un poco», comenta entre risas.

Así, decidió en el año 2019 aventurarse en un viaje para descubrir esta celebración emblemática de La Valduerna y «de paso aprovechar para conocer León». «Debo admitir que tuve que tragarme mis prejuicios. El ambiente, el curro que llevaban muchos de los disfraces y, por encima de todo, las actuaciones que hacían, e hicimos, me descubrieron un concepto muy diferente de estas festividades», revela Garrido.

«Fui con un grupazo llamado 'Los +Turba2, al que pertenece mi amiga. Me acogieron como a uno más, y la verdad es que me quedé encantado con el recibimiento y la calidez recibida en el pueblo, pues no es esto lo que se suele decir de la gente del norte», señala el joven de Las Palmas, que brilla por ser la ciudad con el carnaval más famoso en España y uno de los que más turismo internacional atrae.

A modo anecdótico, José Ignacio mantiene grabado en su retina y recuerda con especial nostalgia «el show» que dieron por las calles bañezanas. «Una de las chicas, disfrazada de Lidia Valentín, enfrentándose a mi, 'Lidio Rapidín', vestido con un traje de lucha canaria». Quedó tan fascinado tras la experiencia que repetiría de nuevo en 2020.

«No he podido volver por temas laborales pero espero algún año pisar de nuevo La Bañeza en carnaval y seguir compartiendo con la gente buena que, he descubierto, sí caracteriza a esta localidad norteña», concluye al otro lado del teléfono el isleño.

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