Borrar
Un cayuco llega a Canarias. AFP
Por qué cada vez habrá menos población de raza blanca: no es conspiración, es matemática social
Newsletter 'El mundo explicado'

Por qué cada vez habrá menos población de raza blanca: no es conspiración, es matemática social

La caída de la fertilidad en Occidente, sumada a su envejecimiento, hace de la inmigración una necesidad que impulsa el mestizaje y reduce el peso de la raza blanca. El Gran Reemplazo es un proceso natural.

Miércoles, 4 de diciembre 2024, 11:05

Una de las principales teorías de la conspiración de la ultraderecha populista sostiene que ciertos elementos del progresismo liberal globalista están impulsando la sustitución de los ciudadanos de raza blanca por personas de otras razas. Es lo que se conoce como el Gran Reemplazo, una idea cuyas raíces se encuentran en el 'Plan Kalergi', que el escritor revisionista Gerd Honsik -negacionista del Holocausto- se inventó interpretando fuera de contexto parte de una obra del político austríaco Richard Nikolaus Graf von Coudenhove-Kalergi. A él le atribuyó el diseño de un plan para diluir la identidad europea «cruzando a sus ciudadanos con negros y asiáticos como si de animales se tratara», y para ponerla al servicio de una aristocracia judía.

La teoría de la conspiración comenzó a ganar fuerza a partir de 2005 por Italia y Francia, donde un tercio de la población de menos de 60 años es ya originaria -o descendiente de personas- de otros lugares, y ha ido extendiéndose poco a poco por diferentes países del bloque occidental. El objetivo del progresismo buenista 'woke', sostienen políticos como Mateo Salvini, es «provocar una limpieza étnica entre los blancos».

Donald Trump es uno de sus últimos abanderados. Ha prometido deportar a unos diez millones de inmigrantes ilegales y en varias ocasiones ha acusado a sus rivales demócratas de impulsar esa inmigración para otorgarle el voto y ganar así apoyo en las urnas, a pesar de que se ha demostrado que los votantes latinos, por ejemplo, están divididos en dos bloques de tamaño similar y que, lógicamente, la raza blanca no es nativa de Estados Unidos. De hecho, si se ha producido un gran reemplazo en la superpotencia americana ése es el de los indígenas masacrados por europeos.

Instituto Nacional de Estadística

Pero que no haya una conspiración detrás no quiere decir que esta sustitución no se esté produciendo. A la vista salta que cada vez hay más inmigrantes de otras razas en las calles de Europa. El salto es sustancial, también en España: el 1 de enero de 2002 el número de residentes nacidos fuera de nuestro país era de apenas 2,3 millones, mientras que el pasado 1 de julio esa cifra había superado los nueve millones. «El crecimiento poblacional de España se debió al incremento de personas nacidas en el extranjero, ya que el número de personas nacidas en España disminuyó. Esta población nacida en el extranjero –de 9.193.988 personas– fue mayor que la de nacionalidad extranjera, debido a los procesos de adquisiciones de nacionalidad española», explica el Instituto Nacional de Estadística en la presentación de los datos del tercer trimestre del año.

Instituto Nacional de Estadística

La población de origen extranjero también crece en porcentaje por la baja natalidad de los ciudadanos autóctonos. No en vano, el 1 de enero de 2013, más de 40,5 millones de residentes en España habían nacido en nuestro país. Una década después, ese número se ha reducido a 39,8 millones, a pesar de que la población total ha crecido en casi 1,5 millones. España ya tiene casi 49 millones de habitantes, y suma en torno a 120.000 cada tres meses.

Por si fuese poco, las mujeres extranjeras tienen más hijos, lo cual avanza que Europa será muy diferente dentro de una sola generación. Y, por eso, hoy dedicamos la última newsletter del año al análisis de este fenómeno que no tiene nada de conspiranoico.

Estos son los dos temas que abordaremos.

  • Cada vez menos blancos, un proceso natural.

  • Y nos faltaba Siria...

Newsletter

  1. Imagen principal - Cada vez menos blancos, un proceso natural
    El Gran Reemplazo

    Cada vez menos blancos, un proceso natural

Que la población de raza blanca tendrá cada vez menos peso en el conjunto de los habitantes del planeta es algo claro y evidente. Pero no es fruto de conspiración alguna, sino una simple ecuación matemática. No hay más que ver dónde se concentran las mayores tasas de natalidad. Mientras el mundo desarrollado lleva ya años con índices de fecundidad muy por debajo de los 2,1 hijos por mujer de la tasa de reemplazo, países de África, Asia y Latinoamérica aún superan ampliamente ese listón.

O sea que, mientras los países menos desarrollados concentran la natalidad global, los más desarrollados requieren cada vez más mano de obra para sectores poco atractivos de su economía -cuyos puestos de trabajo no se cubren con una población nativa generalmente mejor formada y más exigente- y también para proporcionar cuidados a una población local envejecida. Detener el flujo lógico de personas provocado por esta coyuntura es imposible, por muchas barreras que se le quieran poner. Simplificando mucho, el mundo desarrollado está subcontratando la natalidad al que está en vías de desarrollo.

Mapamundi de la fertilidad global, en hijos por mujer.

De forma paralela, razones sociales, culturales y religiosas llevan a que los inmigrantes procedentes de los lugares de salida tengan tasas de natalidad muy superiores a las de la población local cuando se establecen aquí. Eso explica, por ejemplo, que ya haya en España tres provincias -Girona, Lleida y Barcelona, todas ellas en Cataluña- en las que más del 50% de los bebés nacidos el año pasado tenían al menos un progenitor nacido en el extranjero. A nivel nacional, un 36% de quienes vienen al mundo tienen una madre de fuera de nuestras fronteras, un porcentaje que duplica el peso demográfico de los inmigrantes en la sociedad.

Esta mayor tasa de fertilidad se da sobre todo entre la primera generación de inmigrantes. Después, la integración y el crecimiento de las expectativas profesionales y vitales hacen que el número de hijos por mujer se vaya acercando al de la población autóctona, con la que también se mezcla. De momento, España aparece hacia la mitad del ranking europeo de población foránea: Luxemburgo ya cuenta con mucha menos población nativa que de origen extranjero, mientras que países del este, como Letonia o Estonia están divididos a partes iguales y Polonia cierra la lista con apenas un 5% de población con raíces en el extranjero.

Población nativa de los países europeos (en azul oscuro) frente a las de origen extranjero. Eurostat

En cualquier caso, la caída de la natalidad emparejada con el envejecimiento es un proceso que se produce, a diferentes velocidades, en el conjunto de un planeta abocado a ser cada vez más mestizo: el índice de fertilidad comienza a caer en cuanto se rebasan los 10.000 dólares de renta per cápita, con la notable excepción de los países de mayoría musulmana. Sobre todo los emiratos ricos del Golfo Pérsico. La razón es sencilla: el acceso de la mujer al mercado laboral es uno de los principales pilares sobre los que se sustenta el desarrollo social y económico. Si la sociedad la relega a labores domésticas, la fertilidad es mayor.

Aunque prefieren no decirlo en voz alta por miedo a ser tachados de racistas, sociólogos y demógrafos coinciden en señalar que una de las principales dificultades para integrar a población con constumbres notablemente diferentes a la local -a menudo incluso opuestas a los valores progresistas- está en el número de llegadas: cuando son pocos, la asimilación es relativamente sencilla y rápida; cuando son muchos, el peligro de que se creen guetos crece.

Inmigrantes a su llegada a Estados Unidos. AFP

Está sucediendo en nuestro país, donde incluso en ciudades de tamaño medio, como Bilbao, hay ya zonas habitadas en su inmensa mayoría por población inmigrante. Son lugares a menudo degradados y, por lo tanto, con viviendas más asequibles. El problema es que pueden crear el caldo de cultivo para que perduren atrocidades como la mutilación genital o el matrimonio forzado. No en vano, Save the Children alertó hace dos años de que 3.600 niñas estaban en riesgo de sufrir la primera, mientras que entre 2015 y 2022 se documentaron 27 casos del segundo, muchos con mujeres de origen paquistaní.

Afortunadamente, aún son cifras anecdóticas, pero es evidente que el choque va en aumento. La inmigración impulsa a los partidos de ultraderecha, y comienza a verse como uno de los principales problemas sociales incluso en países tradicionalmente abiertos, como Suecia o Irlanda. Impedirla es imposible, pero que se dé de forma regulada debería ser imperativo, sobre todo para evitar una regresión en importantes conquistas sociales, como la secularidad o los derechos de la mujer y del colectivo LGTBI.

  1. Imagen principal - Y nos faltaba Siria...
    Más guerra en Oriente Medio

    Y nos faltaba Siria...

Déjà vu. Aleppo cae ante el avance de milicias que luchan contra el dictador Bachar el Assad y son bombardeadas por aviación rusa. Parece una escena antigua, pero se ha vuelto a repetir. Siria, uno de esos estados fallidos que se debaten entre lo malo o lo peor, ha vuelto a estallar. Aunque nunca dejó de estar en llamas. La diferencia ahora es que el heterogéneo grupo de rebeldes que componen 'la oposición' han logrado capturar la segunda mayor ciudad del país en un ataque exprés que ha forzado el repliegue del ejército oficial.

Vuelta a las andadas. AFP

Se recrudece así el enésimo conflicto de Oriente Medio, cuyos orígenes más recientes hay que buscarlos en la Primavera Árabe de 2011 y que ha dejado ya unos 300.000 muertos y ha provocado la huida de casi seis millones de refugiados. Cuatro años después del último alto al fuego, y ocho después de que El Assad recuperó Alepo, la oposición -entre la que hay grupos islamistas radicales- vuelve a la carga y el régimen afirma que su repliegue no es más que una preparación para el contraataque.

Muchos ven en Siria otra manifestación del choque entre oriente y occidente, pero aquí hay muchos intereses cruzados más. Si bien Rusia e Irán, piezas clave del nuevo eje del mal, apoyan al dictador mientras que Estados Unidos favorece a diferentes grupos opositores, más importantes para estos últimos son Turquía y Arabia Saudí, muestra de que en un mundo multipolar nunca faltan razones para que los vecinos se líen a guantazos a costa de la población civil, que se queda sin ninguna salida digna a su alcance.

Es todo por hoy. 'El mundo, explicado' se trasladará a Ucrania las próximas semanas y volverá a publicarse el 15 de enero de 2025. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo en el mundo. Si estás suscrito, recibirás esta newsletter a partir de entonces todos los miércoles en tu correo electrónico. Y, si te gusta, será de mucha ayuda que la compartas y la recomiendes.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias Por qué cada vez habrá menos población de raza blanca: no es conspiración, es matemática social