Renzi pone al Gobierno italiano al borde del precipicio

La imagen de Maupal refleja bien la ambición que tiene el ex primer ministro italiano por volver a ser protagonista. Tras fundar el pasado mes de septiembre una nueva fuerza política escindiéndose del PD, Renzi parece cada vez más incómodo con la alianza gubernamental. Ahora incluso amenaza con convocar una votación de censura contra el ministro de Justicia, Alfonso Bonafede, del M5E. El motivo es que no está de acuerdo con la reforma de los tiempos de prescripción de los procesos que impulsa Bonafede y que, en opinión del líder de Italia Viva, sólo servirá para dilatar aún más los ya de por sí largos procesos judiciales.

En una muestra más del aire de ruptura que, una vez más, comienza a respirarse en el ambiente político italiano, Renzi ofreció en la noche del jueves una señal de su inquietante estado de ánimo. Las dos ministras de su partido, Teresa Bellanova y Elena Bonetti, no participaron en el Consejo de ministros que aprobó el decreto que reforma el proceso penal. Fue la escenificación de su oposición a esta nueva ley y, en particular, a Bonafede y a Conte.

Para tensar aún más el ambiente, Renzi se enzarzó en un cruce de acusaciones en los medios de comunicación con el primer ministro, que ha calificado de «surrealista» la situación que está viviendo el Ejecutivo por la oposición interna de un partido de la coalición. Se olvidaba Conte al utilizar ese adjetivo de que sólo echando mano del surrealismo se puede entender en muchas ocasiones la política italiana, siempre en busca del arabesco y con hambre de inestabilidad.

Aunque su partido sólo tiene un 4% en intención de voto, según los últimos sondeos, Renzi se siente en una posición de fuerza porque si retirase de la alianza sus 30 parlamentarios, provocaría la caída del Ejecutivo, que quedaría en minoría en el Senado.

En la coalición gubernativa, la convivencia ya resulta suficientemente complicada sin necesidad de las maniobras del líder de Italia Viva por el antagonismo y la desconfianza entre el M5E y el PD. A estas dos fuerzas políticas les une principalmente el enemigo común que supone la Liga de Matteo Salvini, primer partido en las encuestas con alrededor del 32% en intención de voto y con grandes posibilidades de formar Gobierno en caso de elecciones anticipadas gracias a su alianza con los partidos conservadores Hermanos de Italia y Forza Italia.

En la crisis política que parece a punto de estallar tendría un papel determinante el presidente de la República, Sergio Mattarella, pues la Constitución convierte en protagonista al jefe del Estado en estas situaciones. El jueves Conte informó por teléfono de cómo estaban las cosas a Mattarella, que aceptaría según los medios locales que se celebrasen elecciones después del verano. No parece en cambio dispuesto a sacarse de la manga el tercer Gobierno de esta legislatura, después del actual y del que formaron antes durante catorce meses el M5E y la Liga y que cayó el pasado mes de agosto.