La UE muestra su «preocupación» por el goteo de sanciones de EE UU

La última gota que amenaza con colmar el vaso de la paciencia de la UE ha sido la amenaza del secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, de castigar a las compañías europeas que participen en el desarrollo de los nuevos tramos de los gasoductos rusos Nord Stream y Turk Stream, que llevarán gas natural hacia Alemania y Turquía. La advertencia coloca en el punto de mira a los grupos alemanes Wintershall y Uniper, a la empresa británico-holandesa Shell, la francesa Engie y a la austríaca OMV.

«Las políticas europeas deben determinarse aquí en Europa, no por terceros países», contraatacó Borrell, quien señaló que «la UE se opone al uso de sanciones por parte de terceros países sobre empresas europeas que realizan negocios legítimos». Además, advirtió que «la aplicación extraterritorial» de estas medidas es «contraria al Derecho Internacional».

El jefe de la diplomacia europea ha dicho ser consciente de la estrategia de presión continua que ejerce Trump sobre la UE. Una política que también han sufrido en carne propia otros países y organismos mundiales. «La UE ha sido testigo del desarrollo de esta tendencia en los casos de Irán, Cuba, el Tribunal Penal Internacional (TPI) y, ahora, en los proyectos Nordstream 2 y Turk Stream», subrayó Borrell.     

En el caso del TPI, la UE fue una de las primeras en condenar la decisión de Trump de sancionar a funcionarios que iniciaran procesos contra militares de EE UU. Y ayer Borrell volvió a instar a un cambio de actitud. «Donde hay diferencias políticas, la UE siempre está abierta al diálogo. Pero esto no puede suceder bajo la amenaza de sanciones», aseguró.

Entretanto, Trump libra en paralelo otra batalla, en este caso en su propio país, para evitar que el candidato demócrata, Joe Biden, le arrebate la Casa Blanca en los comicios del 3 de noviembre. Biden, que continúa en los sondeos como favorito, acusó a Rusia y a China de intentar «deslegitimar» las elecciones. «Quieren socavar nuestras instituciones, influir en la opinión pública y perjudicar las políticas del Gobierno», denunció, al citar un informe de los servicios secretos que habría recibido.