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maría molinos
Berlín
Domingo, 26 de julio 2020, 23:16
Alemania ha gestionado con éxito lo que llevamos de pandemia. Apostó desde el primer momento por los test masivos, logró aplanar la curva de contagios, trata de detectar y controlar los focos con premura, adecua las medidas de seguridad a la situación, ha reforzado los ... recursos de hospitales y ambulatorios e inyectado grandes cantidades de dinero público para frenar el desplome de la economía y apoyar a empresas, trabajadores y familias. Y, sin duda, tuvo algo de suerte.
Ahora el país germano está empezando a configurar cómo va a ser su «nueva normalidad» -con la sombra de una segunda oleada siempre presente- y hasta que una vacuna contra la Covid-19 pueda suministrarse de forma masiva a la población, poniendo fin a la pesadilla. Éstas son las claves de estos nuevos tiempos.
Son obligatorias en todos aquellos sitios donde no es posible mantener la distancia de seguridad. Principalmente, en establecimientos comerciales y el transporte público, aunque depende de la regulación de cada Estado federado. Además, el Gobierno alemán ha avanzado que defenderá que esta medida siga en vigor hasta que haya vacuna.
Alemania aumentará además de forma sustancial la producción de mascarillas a partir de septiembre. Pretende fabricar 2.500 millones de unidades de calidad certificada (FFP2, FFP3 y quirúrgicas) en menos de un año y hasta 7.000 millones anuales, para junio de 2021.
Los aeropuertos van recuperando progresivamente su actividad, aunque están aún muy lejos de los volúmenes de pasajeros previos a la pandemia. Los expertos dan por hecho que el proceso será largo. La reactivación va de la mano de estrictas medidas de seguridad, para evitar los contagios importados. El Gobierno alemán ha promovido un acuerdo a nivel europeo con una serie de medidas contra el coronavirus en los aeródromos. Así, el uso de mascarillas y el distanciamiento serán obligatorios de la facturación al embarque. Las instalaciones deberán ser además limpiadas y desinfectadas con mayor frecuencia y contar con información en múltiples idiomas.
Asimismo, todos los viajeros que aterricen en Alemania procedentes de zonas calificadas como de riesgo deberán someterse a un test en el aeropuerto de llegada. Berlín iniciará las pruebas la próxima semana. Hasta ahora, estos viajeros estaban obligados a realizar una cuarentena domiciliaria de 14 días, aunque no se controlaba si la cumplían. Quienes regresen en tren, autobús o vehículo particular, sin embargo, no tendrán que realizarse la prueba.
El ministro de la Cancillería, Helge Braun, ha asegurado que el Gobierno aspira a que los colegios «pueda operar en la medida de lo posible con normalidad en toda Alemania tras las vacaciones de verano». Cada centro educativo deberá implementar protocolos de higiene para profesores y estudiantes, a fin de que los niños solo tengan contacto con sus compañeros de aula. Así «en caso de que se produzca un infectado sólo tiene que hacer cuarentena una clase y no todo el colegio», ha explicado.TestsCerca de 170 laboratorios tienen permiso en Alemania para realizar los test del coronavirus. Ésa es una de las claves que ha permitido al país pasar de unas 7.000 pruebas semanales al principio de la pandemia a un millón, según el Instituto Robert Koch (RKI), centro epidemiológico de referencia nacional
El lema del Ministerio de Sanidad es «Testar, testar, testar» con el objetivo de detectar rápidamente los brotes y poder romper las cadenas de contagios. Baviera, el land con más casos registrados, ofrece pruebas gratuitas a toda su población. Renania del Norte-Westfalia, Hamburgo y Mecklemburgo-Antepomerania se los ofrecerán a todos el personal de colegios y guarderías.
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) y la Liga Alemana de Fútbol (DFL) están trabajando para regresar a la normalidad tras un fin de temporada a puerta cerrada. Han pedido a los 36 equipos de primera y segunda un protocolo para garantizar que los aficionados puedan volver a las gradas. El Gobierno les ha dado esperanzas, pero les ha exigido aforo reducido y control, sobre todo en los accesos.
«Con distancia social y un protocolo de higiene pueden desarrollarse los acontecimientos deportivos con público», apuntó recientemente Braun. La clave son los «test preventivos» para todo el público, que se realizarían 48 horas antes de los partidos. Los resultados de las pruebas se recibirían en el móvil.
El partido de la selección alemana contra España de la Liga de las Naciones, previsto para el 3 de septiembre en Stuttgart, podría ser la prueba general de la nueva normalidad en los estadios.
La economía alemana está empezando a dar signos de recuperación tanto en los pedidos industriales y las exportaciones como en el empleo, pero aún muy lejos de los niveles previos a la crisis del coronavirus. Los expertos estiman que no se superará totalmente el bache hasta 2022.
El Ejecutivo ha puesto en pie un enorme colchón para empresas, autónomos, empleados y familias. Unos 750.000 millones de euros, una cantidad similar a la del plan de reconstrucción acordado por los Veintisiete para toda la UE. Hay dinero para créditos, ayudas y garantías, pero también capital para nacionalizar empresas. Se han mejorado para esta crisis las condiciones del llamado Kurzarbeit, la reducción de jornada (y sueldo) con garantía de empleo para que los trabajadores sigan cobrando hasta el 77% de su sueldo con el apoyo del Estado. También se ha aprobado una ayuda extraordinaria de 300 euros por hijo y se ha rebajado el IVA en el segundo semestre del año para fomentar el consumo. Del 19 al 16% el ordinario y del 7 al 5% el reducido.
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