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El líder liberal y nuevo primer ministro del Estado alemán de Turingia, Thomas Kemmerich, este miércoles, en el Parlamento regional. AFP
Una maniobra ultra conmociona Berlín

Una maniobra ultra conmociona Berlín

La elección, con votos de Alternativa para Alemania y CDU, del primer ministro liberal del Estado de Turingia desata una tormenta política

juan carlos barrena

Berlín

Miércoles, 5 de febrero 2020, 21:56

La ultranacionalista Alternativa para Alemania (AfD) consiguió este miércoles sembrar la discordia entre las fuerzas democráticas del país y sacudir los cimientos de la gran coalición de conservadores y socialdemócratas (SPD) en Berlín al apoyar con sus votos la elección de un primer ministro liberal ... en el Estado federado germano oriental de Turingia. La inesperada y maquiavélica maniobra de los populistas, que habían presentado candidato propio, reventó la esperada elección, por mayoría simple y en tercera vuelta, de un Ejecutivo formado por un tripartito de La Izquierda, el SPD y Los Verdes, y la reelección como primer ministro de ese 'Land' del postcomunista Bodo Ramelow. Este no había logrado la mayoría absoluta en las dos primeras vueltas y daba por segura su elección en la tercera.

Sin embargo y tras votar cerradamente pero sin posibilidades de éxito a su candidato Christoph Kindervater en las dos primeras votaciones de este miércoles en la Cámara regional de Erfurt, todos los diputados de AfD dieron su apoyo en la tercera al liberal (FDP) Thomas Kemmerich. El líder del grupo parlamentario más pequeño, con solo cinco diputados, fue respaldado igualmente por la Unión Cristianodemócrata (CDU). Liberales y conservadores, con el apoyo de los ultranacionalistas, sumaban así un voto más que Ramelow y su alianza roja-roji-verde. Una victoria por 45 a 44, pero con el respaldo envenenado de la formación ultra a la que todos los demás partidos habían jurado mantener aislada. El resultado, cayó como una bomba en Berlín.

Mientras La Izquierda, los socialdemócratas y los verdes acusaron a conservadores y liberales de romper un tabú al pretender alcanzar el poder en Turingia con el beneplácito de la ultraderecha, los segundos intentaban distanciarse de lo sucedido y aseguraban que de ninguna manera buscaban un acercamiento a AfD. «El cortafuegos contra los ultranacionalistas se ha roto. Estamos por primera vez en una situación en las que fuerzas democráticas acceden al poder con ayuda de fascistas», dijo Robert Habeck, presidente de Los Verdes, en unas declaraciones que resumen el pensamiento generalizado de la izquierda y los ecologistas germanos. La copresidenta del SPD, Saskia Esken, exigió una reunión de los partidos de la gran coalición en Berlín para aclarar «este escándalo de primera categoría». «Este es un día amargo para la democracia», afirmó el presidente de La Izquierda, Bernd Reixinger.

«Han jugado con fuego»

Kammerich, que negó toda relación con AfD, aceptó su elección de manera inmediata e invitó al SPD y a Los Verdes a abandonar a La Izquierda y formar con FDP y CDU una alianza para gobernar la región. Una opción que fue rechazada de inmediato por los interesados, pero también por la CDU de la canciller federal, Angela Merkel. El secretario general de los cristianodemócratas, Paul Zimiak, señaló que «los liberales han jugado con fuego y han incendiado Turingia y todo el país». Tanto la presidenta de la CDU, Annegrett Kramp-Karrenbauer, como el primer ministro bávaro y líder de la Unión Socialcristiana (CSU), Markus Söder, exigieron la celebración de elecciones anticipadas en Turingia para resolver la crisis en las urnas.

Los únicos que celebraron la elección del candidato liberal fueron los dirigentes de AfD. «Nuestro plan ha funcionado», dijo Kindervater, quien subrayó que el objetivo era evitar a toda costa un nuevo Gobierno de izquierdas en Turingia. El jefe del grupo parlamentario de AfD en el Bundestag, Alexander Gauland, subrayó que la estrategia del resto de los partidos de marginar a su formación «no ha funcionado en Turingia» y reiteró la disposición de su partido a colaborar con las fuerzas conservadoras y liberales germanas.

Especialmente satisfecho pudo verse al líder populista en esa región germano oriental, Björn Höcke. Ideólogo del ala ultranacionalista de AfD y en el punto de mira del órgano federal para la protección de la Constitución, Höcke habló de una «jornada estupenda para Turingia» y un «nuevo comienzo» en ese Estado «deformado hasta ahora por la izquierda».

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